AÚN PUEDO HIJO...
Llévame a la
calle, hijo, que aún tengo buenas piernas; a caminar sin rumbo fijo contigo no me sentiré viejo...
Invítame a tu
casa, hijo, el domingo en la mañana; a compartir tu buena mesa y sentirme acompañado...
Háblame con cariño, hijo, no me retes ni te alteres; los viejos somos como niños nos gusta que nos mimen, nos sonrian sin desaire...
Festeja mis ocurrencias, no critiques mis locuras; trataré de ser valiente aunque surjan amarguras...
No me alejes de tu lado, no
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