El pozo de las hierbas mágicas
En la China existen muchas viejas historias que han sido traspasadas de generación a generación. Hoy te contamos una de estas historias sobre un pozo, custodiado por un dragón, donde crecían hierbas mágicas.
Hubo un año en la zona de Zhenghe, al sur de China, en que el tiempo fue muy seco. No llovía y la sequía hizo brotar la enfermedad Wenyi, causando muchos muertes. En la montaña de Donggong había un pozo con un dragón. Al lado del pozo crecen hierbas mágicas que podían salvar a la gente enferma. Muchos chicos valientes fueron en busca de las hierbas mágicas, pero ni uno volvió. Se decía que el camino hacia la montaña era muy peligroso.
Había una familia de 3 hermanos. El mayor se llamaba Zhigang, el segundo se llamaba Zhicheng y la hermanita pequeña se llamaba Zhiyu. Tomaron la decisión de ir a buscar las hierbas mágicas. Fueron uno por uno, primero fue el hermano mayor. Antes de marchar sacó su espada de Yuanyang y dijo a sus dos otros hermanos: “si veis que la espada está oxidada quiere decir que yo ya he muerto y ya sabreis que hacer”. Luego se marchó de casa.
Después de caminar 36 días, por fin llegó Zhigang a la montaña Donggong. En ese momento apareció un abuelo con pelo blanco y le preguntó si iba a la montaña a buscar las hierbas mágicas. Él contestó que sí. “ ¡Bien!” – dijo el abuelo – y le contaba que al lado del pozo crecía la hierbas. Para poder recogerlas había que subir la montaña, pero nunca tenia que girar la cabeza. Sino, nunca llegaría al pozo y no podría recoger las hierbas. Zhigang subió la montaña y pasó por sitios llenos de piedras extrañas. De repente oyó una voz detrás suyo que le decía “que valiente eres de subir la montaña”. Zhigang, asustado, giró la cabeza y se convirtió en piedra. Desde entonces esta montaña tiene una piedra más.
Ese mismo día sus dos hermanos, en casa, vieron que la espada que dejó Zhigang quedó oxidada. Se recordaban de las palabras de su hermano mayor y sabían que su hermano ya no estaba vivo. Se marchó el segundo hermano Zhicheng y le pasó exactamente lo mismo. Se quedó convertido en una piedra al oír, en el medio del camino, la voz de su hermano a sus espaldas diciendo: “venga a salvarme, mi hermano”.
Después de esperar varias semanas, la hermana pequeña Zhiyu, vió que le tocaba a ella ir a buscar las hierbas mágicas. Subió por la montaña y también se encontró con el abuelo de pelo blanco. También a ella le contó que no tenía que hacer caso a las voces que escuchaba en el camino y que de ninguna manera tenía que girar la cabeza. Zhiyu traía de casa una bola de arroz y decidió poner arroz en las orejas para así no oír las voces. Al subir la montaña no escuchó ninguna de las voces y de esa forma se salvó de girar la cabeza. Finalmente llegó al pozo y logró matar al dragón negro que estaba vigilando las hierbas. Cogió las hierbas mágicas y volvió con ellas al pueblo. Así salvó la vida de mucha gente enferma.
A partir de entonces, esta hierba mágica se plantó en la zona. Más tarde se conoció esta hierba como el té Bai Hao Yin Zhen.
En la China existen muchas viejas historias que han sido traspasadas de generación a generación. Hoy te contamos una de estas historias sobre un pozo, custodiado por un dragón, donde crecían hierbas mágicas.
Hubo un año en la zona de Zhenghe, al sur de China, en que el tiempo fue muy seco. No llovía y la sequía hizo brotar la enfermedad Wenyi, causando muchos muertes. En la montaña de Donggong había un pozo con un dragón. Al lado del pozo crecen hierbas mágicas que podían salvar a la gente enferma. Muchos chicos valientes fueron en busca de las hierbas mágicas, pero ni uno volvió. Se decía que el camino hacia la montaña era muy peligroso.
Había una familia de 3 hermanos. El mayor se llamaba Zhigang, el segundo se llamaba Zhicheng y la hermanita pequeña se llamaba Zhiyu. Tomaron la decisión de ir a buscar las hierbas mágicas. Fueron uno por uno, primero fue el hermano mayor. Antes de marchar sacó su espada de Yuanyang y dijo a sus dos otros hermanos: “si veis que la espada está oxidada quiere decir que yo ya he muerto y ya sabreis que hacer”. Luego se marchó de casa.
Después de caminar 36 días, por fin llegó Zhigang a la montaña Donggong. En ese momento apareció un abuelo con pelo blanco y le preguntó si iba a la montaña a buscar las hierbas mágicas. Él contestó que sí. “ ¡Bien!” – dijo el abuelo – y le contaba que al lado del pozo crecía la hierbas. Para poder recogerlas había que subir la montaña, pero nunca tenia que girar la cabeza. Sino, nunca llegaría al pozo y no podría recoger las hierbas. Zhigang subió la montaña y pasó por sitios llenos de piedras extrañas. De repente oyó una voz detrás suyo que le decía “que valiente eres de subir la montaña”. Zhigang, asustado, giró la cabeza y se convirtió en piedra. Desde entonces esta montaña tiene una piedra más.
Ese mismo día sus dos hermanos, en casa, vieron que la espada que dejó Zhigang quedó oxidada. Se recordaban de las palabras de su hermano mayor y sabían que su hermano ya no estaba vivo. Se marchó el segundo hermano Zhicheng y le pasó exactamente lo mismo. Se quedó convertido en una piedra al oír, en el medio del camino, la voz de su hermano a sus espaldas diciendo: “venga a salvarme, mi hermano”.
Después de esperar varias semanas, la hermana pequeña Zhiyu, vió que le tocaba a ella ir a buscar las hierbas mágicas. Subió por la montaña y también se encontró con el abuelo de pelo blanco. También a ella le contó que no tenía que hacer caso a las voces que escuchaba en el camino y que de ninguna manera tenía que girar la cabeza. Zhiyu traía de casa una bola de arroz y decidió poner arroz en las orejas para así no oír las voces. Al subir la montaña no escuchó ninguna de las voces y de esa forma se salvó de girar la cabeza. Finalmente llegó al pozo y logró matar al dragón negro que estaba vigilando las hierbas. Cogió las hierbas mágicas y volvió con ellas al pueblo. Así salvó la vida de mucha gente enferma.
A partir de entonces, esta hierba mágica se plantó en la zona. Más tarde se conoció esta hierba como el té Bai Hao Yin Zhen.