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LEYENDAS GRANAINAS
Cuenta la leyenda que, entre los numerosos aljibes que se encuentran en el AlbaicÍn pululan unos Duendes llamados Martinicos, estos, no son duendes malos solo algo traviesos que aparecen y desaparecen a voluntad provocando desconcierto, temor y sustos livianos a los transeúntes. Cuentan, los pocos afortunados que los han visto, que son de baja estatura, regordetes y narigudos, ataviados siempre con un hábito de monje color rojo.
Estos seres son los guardianes de los aljibes, fuentes y depósitos de agua, su misión era asustar a los niños para mantenerlos alejados y así evitar que ensucien sus aguas que se utilizaban para beber y minimizar así las posibles infecciones.
Hasta hace pocos años los vecinos del barrio asustaban a los chaveas al grito de "que viene el martinicooooo" para alejar a los niños de los aljibes y evitar que cayeran a sus profundas aguas.
Así que, cuando paséis por este Mágico barrio del AlbaicÍn, es posible que en las proximidades de cualquiera de los muchos aljibes se nos aparezca un martinico vigilante, alerta, travieso con su hábito rojo de franciscano para asegurarse de que respetamos y cuidamos sus dominios, los Aljibes.
Cuenta la leyenda que, entre los numerosos aljibes que se encuentran en el AlbaicÍn pululan unos Duendes llamados Martinicos, estos, no son duendes malos solo algo traviesos que aparecen y desaparecen a voluntad provocando desconcierto, temor y sustos livianos a los transeúntes. Cuentan, los pocos afortunados que los han visto, que son de baja estatura, regordetes y narigudos, ataviados siempre con un hábito de monje color rojo.
Estos seres son los guardianes de los aljibes, fuentes y depósitos de agua, su misión era asustar a los niños para mantenerlos alejados y así evitar que ensucien sus aguas que se utilizaban para beber y minimizar así las posibles infecciones.
Hasta hace pocos años los vecinos del barrio asustaban a los chaveas al grito de "que viene el martinicooooo" para alejar a los niños de los aljibes y evitar que cayeran a sus profundas aguas.
Así que, cuando paséis por este Mágico barrio del AlbaicÍn, es posible que en las proximidades de cualquiera de los muchos aljibes se nos aparezca un martinico vigilante, alerta, travieso con su hábito rojo de franciscano para asegurarse de que respetamos y cuidamos sus dominios, los Aljibes.