Un señor muy amable llamado Eduardo se fue al
campo y le compró un burro a un viejo campesino por S/5000 soles. El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente.
Pero al día siguiente, el campesino le dijo:
—Lo siento, Eduardo, pero tengo malas noticias: el burro murió.
—Bueno —dijo Eduardo—, entonces devuélvame mi dinero.
El vendedor replicó:
—No puedo. Ya me lo gasté.
Eduardo le dijo:
—Bien, igual entrégueme el burro.
— ¿Y para qué? —preguntó el anciano—, ¿Qué vas a hacer con él?
—Lo
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