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PEDRO MARTINEZ: SOY UN RUISEÑOR...

SOY UN RUISEÑOR

Cierto día, un joven paseaba por el campo y le entraron unas ganas enormes de comer una pieza de fruta. Como no había nadie a su alrededor, se metió de incógnito en una huerta, trepó a un árbol y comenzó a comer toda la fruta que alcanzaba. Al poco rato, el dueño apareció y le preguntó enojado:
– ¿Qué haces allí arriba?
Tratando de librarse, el joven le contestó muy dulcemente:
–Oh, señor, soy un ruiseñor y solo estoy aquí cantando.
Al hombre le pareció graciosa la ocurrencia y sonrió diciendo:
–Así que eres un ruiseñor, ¿eh?, entonces déjame oír tu canto.
El muchacho comenzó a hacer muecas y sonidos extraños, provocando las carcajadas del dueño:
– ¿Pero qué clase de canto es ese?
Nunca había escuchado a un ruiseñor cantar así.
Y el chico contestó:
–Bueno, así es como canta realmente un ruiseñor sin experiencia. Tanta gracia le hizo al hortelano, que dejó marchar al muchacho una vez satisfecha su ansia de fruta.