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PEDRO MARTINEZ: EL AVARO Y EL ENVIDIOSO...

EL AVARO Y EL ENVIDIOSO

Un día, el dios romano Júpiter envió al Sol a la Tierra para que le informara acerca de los deseos de los seres humanos. Y así fue cómo el astro rey se presentó ante dos individuos de muy distinta condición, pues uno era conocido por su avaricia y el otro, por su envidia. Una vez ante ellos, les dijo: «Vengo a concederos un deseo. Decidme qué queréis y os será otorgado. Solo tenéis que pensar una cosa: el primero que formule su deseo conseguirá exactamente lo que pida, pero el segundo tendrá el doble de lo que solicite el otro». El avaro insistió en que el envidioso pidiese primero, porque así él tendría el doble, convencido de que iba a pedir riquezas. Por su parte, este, no pudiendo soportar ni siquiera la idea de que el avaro obtuviera el doble que él, fue incapaz de reprimir su envidia y le pidió al Sol que le quitase un ojo para que el otro perdiese los dos. Al oír eso, el astro rey dio por finalizada su misión y regresó ante Júpiter para explicarle cómo eran los humanos. «Entre ellos, la envidia reina de tal manera, que son capaces de sufrir daño con tal de que la otra persona padezca doble».