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EL BEDUINO ENAMORADO
Un joven beduino fue a parar cerca de un pozo junto al que se encontraba sacando agua una muchacha tan guapa como la luna llena. El joven nómada se le acercó y le dijo embelesado: « ¡Estoy perdidamente enamorado de ti!».
La joven, lejos de sentirse halagada, le respondió: «Debo advertirte que cerca de la fuente, en esa dirección, hay otra muchacha, y te diré que es tan hermosa que yo no soy digna de desposarme con vos». El beduino giró enseguida la cabeza hacia donde le había indicado la joven y se puso a buscar a esa preciosa mujer. Pero, por más que abría los ojos, no conseguía ver a nadie. « ¡Qué hermosa es la sinceridad y qué fea la mentira! Dices amarme y basta que yo te hable de otra mujer para ir a buscarla desesperadamente», exclamó la muchacha.
Un joven beduino fue a parar cerca de un pozo junto al que se encontraba sacando agua una muchacha tan guapa como la luna llena. El joven nómada se le acercó y le dijo embelesado: « ¡Estoy perdidamente enamorado de ti!».
La joven, lejos de sentirse halagada, le respondió: «Debo advertirte que cerca de la fuente, en esa dirección, hay otra muchacha, y te diré que es tan hermosa que yo no soy digna de desposarme con vos». El beduino giró enseguida la cabeza hacia donde le había indicado la joven y se puso a buscar a esa preciosa mujer. Pero, por más que abría los ojos, no conseguía ver a nadie. « ¡Qué hermosa es la sinceridad y qué fea la mentira! Dices amarme y basta que yo te hable de otra mujer para ir a buscarla desesperadamente», exclamó la muchacha.