EL FESTÍN DE LOS RATONES
Volviendo a
casa, un ratón que vivía en la ciudad fue invitado por otro que habitaba en el
campo, y en su guarida le dio bellotas, habas y cebada, que comieron con alegría. El ratón urbanita invitó a su vez al campesino para que este fuese a la ciudad, y hallándose juntos en la bien provista despensa de un
palacio, le dijo al ratón de campo:
–
Amigo mío, come cuanto gustes sin cuidado, pues las provisiones son muy variadas y abundantes.
Saborearon las mejores viandas
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