Segunda parte de la Misión Redentorista de 1895. En 1906 volvieron los Misioneros a Pedro Martínez, y en la crónica de la misión cuentan como acabó el capítulo anterior y a qué se debió la situación vivida; las causas, unas por parte de los Misioneros, otras por parte del cura y otra por parte de las autoridades civiles.
"Misión de Pedro Martínez. 5 – 16 de Marzo [1906] - [PP. Domingo Barrio y Agapito Carpintero]
Diócesis de Guadix y Prov. de Granada. PP. Barrio y Carpintero. Tendrá de 600 vecinos. Es el pueblo de peor fama de todo el contorno. Es tristemente célebre así en los fastos de los Redentoristas de Granada como en toda la diócesis de Guadix por haberse marchado los misioneros RR. PP. Salvador y Anselmo en la misión anterior donde hará unos 12 años, antes de terminada, sacudiendo solemnemente el polvo de sus zapatos y cumpliendo a la letra lo que dice el Evangelio, cuyo pasaje fue contado solemnemente poco antes en la misma puerta de la iglesia. Sospechando lo que podía ocurrir y que ciertamente hubiera ocurrido (por lo q. se ha sabido después lanzaronseles y echaron a correr tras de ellos. Para buscarles y matarles) huyeron precipitadamente a otro pueblo pues ya tenían preparadas las caballerías. El pueblo consideró esto como una grave afrenta, y los más nulos como mayor. Si tales pasos son convenientes en misiones no es de la incumbencia del cronista examinarlos. El P. que esto escribe oyó decir al mismo P. Salvador q. lo había hecho de esta suerte a fin de que con semejante castigo entraran un poco dentro de si mismos y ¿quién sabe si esto no serviría para q más tarde aprovechasen mejor de otra visita del Señor?. A fuer de cronistas imparciales hemos de consignar asi mismo que PP. graves y muy autorizados condenaron semejante modo de proceder por ser poco conveniente en los tiempos presentes y por las consecuencias que en nuestros días pueden tener arrogaciones de esta índole. Si el P. Salvador consiguió el fin que se propuso no lo sabré decir, ahora solo cabe afirmar que el pueblo temía mucho la llegada de los misioneros, q. temía aún mas todavía el que los misioneros quedasen mal impresionados con peligro de repetir la misma ceremonia que les deshonraría en calidad de poco civilizados en concepto de todos los vecinos pueblos y q. procuraron sacerdotes y autoridades cumplir siquiera fuese externamente todo lo mejor que pudieron. Después de la misión y para corona y adorno sobrevino un escandalazo de esos que dejan consecuencias sempiternas en una población sobre todo si es mordiferunta cual es la de que venimos tratando. Esta consistió en que el Sr. cura se marchó por esos mundos de Dios amancebado con una muchacha. El Sr. cura que actualmente regenta esta parroquia es a Dios gracias muy bueno y la misión da de sí todo lo que se pudiera esperar. Hubo unas 1000 confesiones; de niños hubo 50 comuniones y llamaron la atención por lo bien preparados q. se acercaban. La asistencia en general por la noche fue buena pero hombres se confesaron pocos".
"Misión de Pedro Martínez. 5 – 16 de Marzo [1906] - [PP. Domingo Barrio y Agapito Carpintero]
Diócesis de Guadix y Prov. de Granada. PP. Barrio y Carpintero. Tendrá de 600 vecinos. Es el pueblo de peor fama de todo el contorno. Es tristemente célebre así en los fastos de los Redentoristas de Granada como en toda la diócesis de Guadix por haberse marchado los misioneros RR. PP. Salvador y Anselmo en la misión anterior donde hará unos 12 años, antes de terminada, sacudiendo solemnemente el polvo de sus zapatos y cumpliendo a la letra lo que dice el Evangelio, cuyo pasaje fue contado solemnemente poco antes en la misma puerta de la iglesia. Sospechando lo que podía ocurrir y que ciertamente hubiera ocurrido (por lo q. se ha sabido después lanzaronseles y echaron a correr tras de ellos. Para buscarles y matarles) huyeron precipitadamente a otro pueblo pues ya tenían preparadas las caballerías. El pueblo consideró esto como una grave afrenta, y los más nulos como mayor. Si tales pasos son convenientes en misiones no es de la incumbencia del cronista examinarlos. El P. que esto escribe oyó decir al mismo P. Salvador q. lo había hecho de esta suerte a fin de que con semejante castigo entraran un poco dentro de si mismos y ¿quién sabe si esto no serviría para q más tarde aprovechasen mejor de otra visita del Señor?. A fuer de cronistas imparciales hemos de consignar asi mismo que PP. graves y muy autorizados condenaron semejante modo de proceder por ser poco conveniente en los tiempos presentes y por las consecuencias que en nuestros días pueden tener arrogaciones de esta índole. Si el P. Salvador consiguió el fin que se propuso no lo sabré decir, ahora solo cabe afirmar que el pueblo temía mucho la llegada de los misioneros, q. temía aún mas todavía el que los misioneros quedasen mal impresionados con peligro de repetir la misma ceremonia que les deshonraría en calidad de poco civilizados en concepto de todos los vecinos pueblos y q. procuraron sacerdotes y autoridades cumplir siquiera fuese externamente todo lo mejor que pudieron. Después de la misión y para corona y adorno sobrevino un escandalazo de esos que dejan consecuencias sempiternas en una población sobre todo si es mordiferunta cual es la de que venimos tratando. Esta consistió en que el Sr. cura se marchó por esos mundos de Dios amancebado con una muchacha. El Sr. cura que actualmente regenta esta parroquia es a Dios gracias muy bueno y la misión da de sí todo lo que se pudiera esperar. Hubo unas 1000 confesiones; de niños hubo 50 comuniones y llamaron la atención por lo bien preparados q. se acercaban. La asistencia en general por la noche fue buena pero hombres se confesaron pocos".