Efectivamente, hablando media hora con los mayores de la plaza, aprende usted más del pueblo que los que vivimos aquí todo el año. Pues nada, Sr. Puentedura, para usted el duro. ¿Dónde vive usted? Me voy a pasar por allí, hablo media hora con los mayores de la plaza, y le cuento de pe a pa el estado de su lugar de residencia. Es así de sencillo, según dice.