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PIÑAR: Hablamos de milenarismo, ¡cojones ya!...

Forrest Gump repetía lo que su madre le había enseñado life is like a box of chocolates: you never know what ya’ gonna get.

Para suerte del mundo, no sucede lo mismo con una caja de condones. De ellas uno siempre sabe qué esperar: condones. Hay de todos los colores, sabores, tamaños pero todos sirven para prevenir embarazos no deseados y la transmisión de enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, la gonorrea, el SIDA…

Digo esto a propósito de una carta que circula en internet y que se supone es de autoría del párroco de San Antonio María Claret de Urdesa, el padre Paulino Toral en respuesta a una caricatura de Bonil que criticaba la afirmación del Papa Benedicto XVI de que los condones no sirven para remediar el problema del sida, sino que, por lo contrario, lo propaga.

El parroco Toral escribe, según el mail que recibo (si el padre Paulino no es el autor, publicaré las correspondientes disculpas), quejándose desde la autoridad que le proporciona “ser un sacerdote que visita todas las mañanas de todos los viernes a los pacientes de VIH-sida en el Hospital de Infectología” -no sabía que el servicio pastoral otorgaba autoridad, no por lo menos según entiendo la definió Cristo- pero al mismo tiempo con el paternalismo omnisciente propio de aquéllos que no dudan de lo que dicen y se entienden moralmente mejor calificados que el resto para hacerlo.

Y eso es un riesgo. Tanto para el que habla, porque lo expone al error público -lo que no es tan malo-, como para la perpetuación del error en que hacen caer o mantienen a quienes los tienen como un referente espiritual (lo que en la mayoría de casos los convierte en un referente total) -lo que es terrible-.

Antes de continuar, expongo que esta no debe tomarse como una contestación formal al padre Paulino, sino una respuesta a estas cadenas que circulan en el internet. Creo que Bonil, a quien tengo el agrado de conocer, es quién tiene el derecho a hacerlo, y lo sabrá hacer con el punzante humor que lo ha llevado a ser seguramente el caricaturista más reconocido del Ecuador (hasta por el padre Paulino, como lo expresa en su carta).

Volviendo ya al tema, el sacerdote le escribe a Bonil: “El Papa puede decir que dos por dos con cuatro. Pero esta verdad no deja de ser una verdad científica, sino que sigue siendo una verdad matemática, aunque la afirme un religioso” y más adelante dice: “El Papa ha afirmado algo que es puramente científico: el uso del preservativo, lejos de impedir la propagación del sida, en definitiva, la acrecienta y aumenta”.

Esta afirmación me preocupó, porque, según yo entiendo las cosas, el condón servía para prevenir el SIDA y no para acrecentarlo y aumentarlo. Entonces recurrí a mi buen amigo el doctor Saldaña, casi un científico, para que me explicara cómo es que el condón aumenta la posibilidad de contraer SIDA si en los países donde más se utiliza es donde menos se presenta la enfermedad -curiosamente, es en esos países donde más se documentan los contagios-.

Saldaña, que comparte con Bonil la destreza para la caricatura como para la discusión crítica y el ejercicio dialéctico en general, me ayudó a desembarazar la carta del párroco y, en cierta forma, a embarazarlo a él por secundar criterios irresponsables como los vertidos por Su Santidad y, de paso, quererlos reafirmar con toda la sapiencia y ciencia que se obtienen de visitar enfermos terminales y tener cinco DVDs sobre la materia.

Dice el sacerdote en su exposición científica (¿?) Tome usted un microscopio. Ponga un preservativo de látex. Mida las microscópicas perforaciones que tiene el látex. Apunte en una libreta las milimicras que posee cualquiera de las perforaciones. Ahora, coja un virus del sida. Póngalo en el microscopio. Mídalo. Ahora compare las dos medidas: la ciencia de hoy afirma que el virus del sida es 450 veces más pequeño que el espermatozoide. Si bien, los espermatozoides no atraviesan las perforaciones del preservativo, por supuesto, claro que los virus del sida lo hacen“.

Debo ser honesto y aceptar que casi me convence. Pero en ese instante llegó el diablo y me dijo al oído izquierdo “habla con Saldaña primero, querido Orugario” y sucumbí a la tentación de recurrir a la ciencia para explicar la vida cotidiana y no a las venerables y autoritarias palabras del hombre de blanco. Pequé.

Saldaña, de buen talante y hoy en su patria añorada, me contestó con lo que le encanta: un montón de ciencia, que si me ponía a leer todos los artículos que me recomendó, no terminaba de leer ni entender nunca. Pero voy a citar un par que sí me di el tiempo de leer, a propósito de esto de que las microperforaciones del latex pueden permitir que un virus del SIDA se pase e infecte a la pareja.

El latex es una membrana impermeable. Existen tres tipos de membranas: permeables, como una sernidora, semipermeables (las membranas biológico de este tipo son selectivas) y las impermeables donde nada pasa (no confundir con las hipermeables, que son las de algunos textos que se leen en periódicos, blogs, y demás lugares que comparten el funesto destindo del papel de aguantarlo todo). Ahora bien, el virus es más pequeño que las perforaciones microscópicas del latex pero el padre Paulino olvida que el virus es un pedazo de ADN; si está, está en una célula que es más grande que las microperforaciones.

El diablo Saldaña continúo con su explicación y me aclaró que está demostrado que el condón reduce dramáticamente el contagio de enfermedades de transmisión sexual, incluido, por supuesto, el SIDA. Efectivamente, la mayoría de ETSs se transmiten sexualmente, sin embargo, la mayoría de coitos con parejas infectadas no resultan en transmisión de enfermedades. No lo digo yo, ni siquiera lo dice Saldaña. Lo dice este artículo, que cito:

“Acquisition of HIV must depend on both the volume of secretions transferred from the infected partner (donor) and the concentration of HIV present in the secretions. However, exposure alone to such a virus inoculum is clearly insufficient to ensure transmission. The coexistence of other sexually transmitted diseases in either the recipient or donor could potentially increase the risk of transmission by causing genital ulcers or by releasing inflammatory cytokines which increase HIV replication“

Entonces, ¿qué quiere decir esto? que la mayoría de coitos realizados con una pareja infectada no resultan en el contagio de HIV y que el contagio depende en el volumen de la secresión y en la carga viral que haya en ella.

Lo que hace el condón es detener la secreción entera. Es

Hablamos de milenarismo, ¡cojones ya!
Hablamos de mineralismo.
Estamos hablando del Apocalipsis y hablemos del milenarismo. El milenarismo va a llegarrrrrrrr.
¡Va a llegar! ¡Déjame hablar! ¡Deja hablar...! miniioría sshsileciosa.
Tú comprenderás que no me dejan hablar...
No me dejan hablar.
Piensan que estoy borracho...

http://www. youtube. com/watch? v=xVMSrqtsAow