Primera parte
Pequeña reseña de mí abuelo Don Claudio Penalva Navarro, sobre una conferencia que dio en Huéscar de Granada, en defensa de las aguas.
Don Claudio Penalva con dos luengas barbas, que le llegan hasta el bolsillo superior de la chaqueta según se estilaba en la época sobre los años 1880 y con la perilla afeitada: “Señores, he de manifestar, que carezco de la ilustración precisa para el desarrollo de esta conferencia. No soy técnico; mi enfermedad y decrepitud me sustraen aptitudes, por lo que os ruego benevolencia. Me concretaré sólo a la exposición de una reseña histórica,… de forma que sean conocidos públicamente y por las juventudes que han de enjuiciar el porvenir, o execrar tal vez, la actuación de la generación presente, si no defiende sus inmanentes prerrogativas y derechos, otorgados en bien de este fértil territorio”.
Las ‘Ordenanzas Municipales de Huéscar, siglo XVI’, de Julián Pablo Díaz, y ‘En defensa del Canal de Bugéjar’, donde la célebre conferencia que dio el conocido cirujano, don Claudio Penalva Navarro, “ante una gran concurrencia, en el Círculo Instructivo Obrero de Huéscar, el día 6 de marzo de 1928”. El Canal de Bugéjar, también llamado de Carlos III, de Huéscar y Canal de Murcia, se ha intentado construir desde los tiempos de Felipe II, con el fin de llevar el agua de los ríos Guardal y Castril hasta Lorca, Totana, Murcia y Cartagena.
Pero de tan magna obra, tan sólo se pudieron construir unos 29 km, desde las Fuentes del Guardal (donde se construyó la presa) al Campo de Bugéjar, pues había que abrir un túnel de 11 km en la loma de Topares y 9 diques de once metros de altura, empresa imposible para la técnica de aquellos tiempos. Don Claudio prosiguió diciendo: “El agua es vida, los pueblos que no la tienen, están predeterminados a la decadencia y aún a morir de inanición, si no se avienen a comer el negro pan de la emigración… Éste es el triste caso de actualidad sensacional, que afecta a los intereses y el porvenir de los desheredados pueblos de nuestra región. Se proyecta llevarse las aguas de los ríos Castril y Guardal a larga distancia, transfiriendo los derechos que a ellas tenemos, desde los años 1774, en contra de toda lógica, razón y justicia.
Escasos de aguas algunos pueblos de las hermanas provincias de Almería y Murcia (alegando su abolengo de mejor derecho)… han pretendido de los poderes públicos el aprovechamiento de las aguas que nos pertenecen y debían estar regando al menos desde principio de este siglo, 26.000 has.”. También menciona los estudios que están haciendo en el pueblo de San Clemente, “donde se proyecta la construcción de un pantano al que verterán los volúmenes del Castril y Guardal”. Don Claudio nació en 1850, en Puebla de Don Fadrique, y falleció en Huéscar en 1935. De familia humilde, destacó en los estudios hasta el punto de que una señora le pagó la matrícula y los libros, mientras que el maestro le dio clases.
Hasta pronto...
Alejandro Sánchez-Ahumada Penalva.
Pequeña reseña de mí abuelo Don Claudio Penalva Navarro, sobre una conferencia que dio en Huéscar de Granada, en defensa de las aguas.
Don Claudio Penalva con dos luengas barbas, que le llegan hasta el bolsillo superior de la chaqueta según se estilaba en la época sobre los años 1880 y con la perilla afeitada: “Señores, he de manifestar, que carezco de la ilustración precisa para el desarrollo de esta conferencia. No soy técnico; mi enfermedad y decrepitud me sustraen aptitudes, por lo que os ruego benevolencia. Me concretaré sólo a la exposición de una reseña histórica,… de forma que sean conocidos públicamente y por las juventudes que han de enjuiciar el porvenir, o execrar tal vez, la actuación de la generación presente, si no defiende sus inmanentes prerrogativas y derechos, otorgados en bien de este fértil territorio”.
Las ‘Ordenanzas Municipales de Huéscar, siglo XVI’, de Julián Pablo Díaz, y ‘En defensa del Canal de Bugéjar’, donde la célebre conferencia que dio el conocido cirujano, don Claudio Penalva Navarro, “ante una gran concurrencia, en el Círculo Instructivo Obrero de Huéscar, el día 6 de marzo de 1928”. El Canal de Bugéjar, también llamado de Carlos III, de Huéscar y Canal de Murcia, se ha intentado construir desde los tiempos de Felipe II, con el fin de llevar el agua de los ríos Guardal y Castril hasta Lorca, Totana, Murcia y Cartagena.
Pero de tan magna obra, tan sólo se pudieron construir unos 29 km, desde las Fuentes del Guardal (donde se construyó la presa) al Campo de Bugéjar, pues había que abrir un túnel de 11 km en la loma de Topares y 9 diques de once metros de altura, empresa imposible para la técnica de aquellos tiempos. Don Claudio prosiguió diciendo: “El agua es vida, los pueblos que no la tienen, están predeterminados a la decadencia y aún a morir de inanición, si no se avienen a comer el negro pan de la emigración… Éste es el triste caso de actualidad sensacional, que afecta a los intereses y el porvenir de los desheredados pueblos de nuestra región. Se proyecta llevarse las aguas de los ríos Castril y Guardal a larga distancia, transfiriendo los derechos que a ellas tenemos, desde los años 1774, en contra de toda lógica, razón y justicia.
Escasos de aguas algunos pueblos de las hermanas provincias de Almería y Murcia (alegando su abolengo de mejor derecho)… han pretendido de los poderes públicos el aprovechamiento de las aguas que nos pertenecen y debían estar regando al menos desde principio de este siglo, 26.000 has.”. También menciona los estudios que están haciendo en el pueblo de San Clemente, “donde se proyecta la construcción de un pantano al que verterán los volúmenes del Castril y Guardal”. Don Claudio nació en 1850, en Puebla de Don Fadrique, y falleció en Huéscar en 1935. De familia humilde, destacó en los estudios hasta el punto de que una señora le pagó la matrícula y los libros, mientras que el maestro le dio clases.
Hasta pronto...
Alejandro Sánchez-Ahumada Penalva.
A mi buen amigo Alejandro, que gran hombre eres dándonos reseñas de tu ilustre abuelo Don Claudio Penalva Navarro pues no enteindo como no sale como hijos ilusstre en la pagina de esta hermosa tierra que lo vio nacer dando ejemplaridad de cómo siendo hijo de humildes campisenos llego por aquellos años atan alta figura ilustre de fendiendo la tierra que tanto amaron sus antepasodos, tu como buen nieto que eres lo estas pregonas a los cuatro vientos temereces un aplauso de todos los hijos de la Puebla De Don Fadrique. Recibe de mi parte un fuerte apreton de manos de José Sánchez Lapaz.