Dos hermanos, de pésimo carácter, acostumbraban a explotar a los trabajadores de su aldea. Pero para mantener las apariencias, frecuentaban la iglesia los domingos. El antiguo pastor decidió jubilarse, y enviaron a otro a ocupar su lugar, un hombre joven, con fama de decir siempre la verdad, y poseer un gran carisma. Lleno de entusiasmo, este pastor decidió emprender una serie de reformas en el templo. Cuando comenzó la colecta, uno de los malvados hermanos murió.
En la vispera del entierro, el ... (ver texto completo)
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