Yacimientos arqueológicos descubiertos, sobre todo el de la Cuesta del Negro, permiten asegurar que esta zona estuvo ya habitada en la Prehistoria, al menos desde el periodo comprendido entre los años 3000 y 1800 antes de
Cristo.
Su nombre, sin embargo, procede del árabe y hace alusión a las
torres defensivas que se construyeron en la Edad Media sobre el
río Fardes para impedir la penetración de los caballeros cristianos acampados en Cazorla.