La palabra del viento
Aquella
noche, fría y atenuada frente a la
chimenea, Victoriano se afanaba en sintonizar, por enésima vez, Radio Pirenaica con un claro gesto de desespero:
- Cada noche es más difícil. Para mí que la estropean a conciencia éstos de Franco.
- Deja ya la radio – le espetó su mujer. Un día nos meterás en un buen lío.
No hablaba en balde. Semanas atrás el nuevo cabo de la Guardia Civil había estado en la
escuela recabando
información a través de los niños. Con la idea de
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