Marcelino, yo gusto de ir a donde vivió su exilio, un
pueblo de ensueño, estancado en el tiempo, donde parece que en cualquier momenta vamos a ver pasar los caballeros con sus lazas, y sus princesas de cuento..
Visito su tumba y reconozcoel sabio atino que tubo de elegir un lugar tan bello para vivir lejos de su tierra, pero un lugar hermoso donde gozar de los dones de la
naturaleza y frente a la
mar.
Un saludo.