Pues bien, el origen del problema hay que situarlo en la avalancha de parados a que estamos asistiendo en los últimos años (dicho sea de paso, por el estallido de la crisis económica a que nos llevan gobiernos y políticas neoliberales, como la que practica este Gobierno), debido a lo cual las políticas activas de empleo han intentado hacer girar sobre los cursos de formación todo el control de las personas sin empleo, y claro, dicho control se ha agudizado cada vez más, pues cada vez eran más las personas desempleadas, que como a su vez mantenían la situación de paro durante más tiempo, cada vez estaban más en el punto de mira del SAE a la hora de atender sus necesidades formativas. Se creó inicialmente lo que se dió en llamar el Plan MENTA, que simplemente establecía una urgencia formativa (y una preferencia en la selección) para los parados de largo recorrido y los jóvenes, los dos sectores más desfavorecidos. Este Plan fue un auténtico desastre, y después vinieron las políticas "de limosna" del Gobierno, con la prestación de los 426 euros para los parados de larga duración, o que hubiesen agotado ya todas sus prestaciones por desempleo (la última rebaja ha dejado esta prestación en 400 euros). El tema es que cada vez más, los cursos de formación están en el ojo del huracán, en el sentido de ser el punto de mira principal para dedicar de manera eficaz los recursos de formación a las personas que los necesitan. ... (ver texto completo)