Mi mujer me enseñó un día que el amor viene en el viento
Y el viento trajo el murmullo calladito de su acento
Y fui comprendiendo solo que su vientre era modelo
Que en su vientre los rosales florecerán con el tiempo.
Y me dijo sin decir que no hay que hablar para saberlo
Que los ojos dicen más que mil palabras al viento
Y sus pies al caminar me llevaron al
sendero
De azucenas y jazmines yo se los prendí en el pelo.
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