PURULLENA: Un día dejó el corazón...

Ella nunca dice que no,
es la esclava de su señor
ella siempre lo perdona
a sus pies sobre la lona,
su patria es su casa
su mundo la cocina
y se le viene encima.

Un día dejó el corazón
abandonado en su colchón
solo piensa en ver su cuerpo
¡ay! del quinto mandamiento
María no tiene color en la sangre
María se apaga y no lo sabe nadie.