En el cerebro de un hombre, una neurona lloraba porque se sentía sola. En eso, aparece otra neurona que estaba feliz y, conmovida, le pregunta:
“ ¿Por qué estás triste?”
“ ¡Porque me siento sola!”
Entonces, la neurona feliz sugiere:
“ ¡Vení al pene, vení, que ahí estamos todas!”
“ ¿Por qué estás triste?”
“ ¡Porque me siento sola!”
Entonces, la neurona feliz sugiere:
“ ¡Vení al pene, vení, que ahí estamos todas!”