PURULLENA: No sé cómo decirte que aún me late...

No sé cómo decirte que aún me late

un corazón prestado, que aún me queda

un pantano en los ojos que no atino

nunca a deletrearlo;

y es que lleva

las mismas iniciales de un incendio

que habité mucho tiempo cuando aún eran

un deambular de nubes los arroyos.

De ayer tengo en los dedos

un cereal de escarcha

y un adverbio de modo que hace tiempo

cree poco en razones:

canto, sólo.