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PURULLENA: Erase una vez...

Erase una vez
Érase unos hombres que eran sabios, porque ellos decían que eran sabios; pero sólo decían tonterías (”El matrimonio civil es como un contrato con una compañía telefónica”).
Y érase unos hombres que eran de izquierdas, porque ellos decían que eran de izquierdas; pero sólo hacían medidas de derechas.
Y érase unos que eran representantes de los trabajadores, porque ellos decían que eran representantes de los trabajadores; pero les pagaban los anteriores con el dinero de los trabajadores para que fueran contra los trabajadores.
Érase un pobre diablo que perdió su casa porque no podía pagar al banco. Y lo dejaron sin casa y con deudas al banco por esa casa. Pero ese banco que se quedó con esa casa tuvo muchas deudas a su vez. Pero esos que son de izquierdas porque lo dicen ellos, se lanzarán con los impuestos del desahuciado a ayudar al banco; porque ser de izquierdas es proteger al culpable y machacar al inocente. Porque cuando el pobre tiene deudas, se le subasta la casa, el coche y hasta el alma; pero si es el banco, se le darán ayudas para que salvaguarde sus propiedades y que éstas no bajen de precio.
Érase un país donde aumentaron la edad de jubilación y recortaron su cuantía, y dijeron que eso generaría empleo. Pero algunos dicen que si los activos no son sustituidos un día por parados, y además, la cuantía de la pensión baja, se retirarán del consumo ingentes cantidades de dinero que traerá más paro.
Érase un país que quiere ahorrar en educación, sanidad y pensiones, pero no en tanques.
Érase un país donde la gente no salía a luchar por sus derechos. Y el destino de los pueblos que no luchan por sus derechos es la esclavitud.
Y érase un mundo donde los que compran y venden decidieron que todo se compra y se vende, y que el negocio está por encima de todo. Y se venden casas y coches, personas y dignidades. Y los que deberían velar por las personas, se han vendido a los que compran y venden. Y el destino del mundo donde todo se compra y se vende es la esclavitud.
Y un esclavo con derecho a voto sigue siendo un esclavo.