Enero 11 - - Alfonso USSÍA
Se ha echado de menos un comunicado oficial anunciando la buena nueva del parto de Penélope
Cruz, la Pasionaria de Alcobendas. Ha sido un niño. Enhorabuena. Ha nacido en Los Ángeles, en los
Estados Unidos, y no en Cuba. Enhorabuena. De esta manera, el niño podrá optar a la nacionalidad
estadounidense cuando alcance la mayoría de edad. Enhorabuena. El nacimiento ha tenido lugar en el
hospital Cedars-Sinaí, uno de los más caros del mundo. Se calcula que la factura no bajará de los cien
mil euros. Enhorabuena por tenerlos. En España sale más barato, pero los padres son muy dueños de
decidir el lugar de acceso a la vida de sus hijos. Me aseguran mis informadores de partos ilustres que
tanto el padre como la madre han luchado denodadamente contra sus ideas, y que las ideas han
resultado derrotadas. De haber vencido las ideas, el parto se habría producido en Cuba, cuyo nivel
médico y asistencial es altísimo, según dicen algunos. Pero no ha habido suerte. Tiene que ser muy
dolorosa la militancia comunista para terminar dando a luz en el hospital más caro y exclusivo del imperio
capitalista. Me estremezco cuando lo pienso. Porque el padre y la madre del niño recién nacido no son
izquierdistas del montón. Forman parte de la cúpula ideológica y de agitación y propaganda del
comunismo austero que todo lo comparte. En el hospital de Cuba le obligaban a la madre a compartir
habitación con una camarada cubana, y hasta ahí podíamos llegar.
No hay que fiarse de las jóvenes cubanas de hoy, tan alejadas de los principios básicos de la
Revolución. Además, que por culpa del bloqueo, no se garantiza en Cuba la disponibilidad de
determinados medicamentos. De ahí que la pareja revolucionaria española haya decidido que su hijo
nazca en el hospital más caro de la nación que impone el bloqueo a los cubanos. En España no hay
bloqueo que valga, pero se entiende que en las actuales circunstancias políticas, económicas y sociales
por las que atraviesa nuestra nación, lo de nacer en España les haya parecido poco. El glamour rojo
también existe. Y la última opción, la de tener un hijo en un campamento saharaui con Aminatu Haidar
colaborando en el parto, la verdad, y en esto les doy toda la razón, no podía ser tenida en cuenta.
La militancia comunista no obliga a tanto sacrificio. Es legítimo sentirse de la más escorada
izquierda y vivir como un millonario americano. Pedir ejemplaridad y coherencia entre las ideas y la
realidad, o entre la teoría y la práctica, es una impertinencia muy propia de la gente de derechas, cuyas
mujeres, muchas de ellas, dan a luz todos los días en las clínicas de la Seguridad Social. Y ahí está el
problema. La Seguridad Social fue obra del franquismo –el propio Franco murió en uno de sus
hospitales–, y un comunista que se precie de serlo no puede consentir que su hijo nazca en un hospital
del régimen anterior. Sería imperdonable.
Pe y Ja han hecho muy bien. Tiempo habrá para levantar el puño, protestar contra el Gobierno del
Partido Popular, llamar asesinos a sus dirigentes, volar al Aiún cuando sea necesario, descansar en Cuba
como invitados del Régimen bloqueado, y seguir viviendo en la imperialista nación que bloquea a los
cubanos. Tiempo habrá. Lo importante es que el niño ha nacido en Los Ángeles, que está bien, que a la
madre nadie le molesta ni interrumpe, que todo marcha de maravilla y que cien mil euros por un parto
tampoco es para escandalizarse.
Arriba los pobres del mundo, en pie famélica legión.
Se ha echado de menos un comunicado oficial anunciando la buena nueva del parto de Penélope
Cruz, la Pasionaria de Alcobendas. Ha sido un niño. Enhorabuena. Ha nacido en Los Ángeles, en los
Estados Unidos, y no en Cuba. Enhorabuena. De esta manera, el niño podrá optar a la nacionalidad
estadounidense cuando alcance la mayoría de edad. Enhorabuena. El nacimiento ha tenido lugar en el
hospital Cedars-Sinaí, uno de los más caros del mundo. Se calcula que la factura no bajará de los cien
mil euros. Enhorabuena por tenerlos. En España sale más barato, pero los padres son muy dueños de
decidir el lugar de acceso a la vida de sus hijos. Me aseguran mis informadores de partos ilustres que
tanto el padre como la madre han luchado denodadamente contra sus ideas, y que las ideas han
resultado derrotadas. De haber vencido las ideas, el parto se habría producido en Cuba, cuyo nivel
médico y asistencial es altísimo, según dicen algunos. Pero no ha habido suerte. Tiene que ser muy
dolorosa la militancia comunista para terminar dando a luz en el hospital más caro y exclusivo del imperio
capitalista. Me estremezco cuando lo pienso. Porque el padre y la madre del niño recién nacido no son
izquierdistas del montón. Forman parte de la cúpula ideológica y de agitación y propaganda del
comunismo austero que todo lo comparte. En el hospital de Cuba le obligaban a la madre a compartir
habitación con una camarada cubana, y hasta ahí podíamos llegar.
No hay que fiarse de las jóvenes cubanas de hoy, tan alejadas de los principios básicos de la
Revolución. Además, que por culpa del bloqueo, no se garantiza en Cuba la disponibilidad de
determinados medicamentos. De ahí que la pareja revolucionaria española haya decidido que su hijo
nazca en el hospital más caro de la nación que impone el bloqueo a los cubanos. En España no hay
bloqueo que valga, pero se entiende que en las actuales circunstancias políticas, económicas y sociales
por las que atraviesa nuestra nación, lo de nacer en España les haya parecido poco. El glamour rojo
también existe. Y la última opción, la de tener un hijo en un campamento saharaui con Aminatu Haidar
colaborando en el parto, la verdad, y en esto les doy toda la razón, no podía ser tenida en cuenta.
La militancia comunista no obliga a tanto sacrificio. Es legítimo sentirse de la más escorada
izquierda y vivir como un millonario americano. Pedir ejemplaridad y coherencia entre las ideas y la
realidad, o entre la teoría y la práctica, es una impertinencia muy propia de la gente de derechas, cuyas
mujeres, muchas de ellas, dan a luz todos los días en las clínicas de la Seguridad Social. Y ahí está el
problema. La Seguridad Social fue obra del franquismo –el propio Franco murió en uno de sus
hospitales–, y un comunista que se precie de serlo no puede consentir que su hijo nazca en un hospital
del régimen anterior. Sería imperdonable.
Pe y Ja han hecho muy bien. Tiempo habrá para levantar el puño, protestar contra el Gobierno del
Partido Popular, llamar asesinos a sus dirigentes, volar al Aiún cuando sea necesario, descansar en Cuba
como invitados del Régimen bloqueado, y seguir viviendo en la imperialista nación que bloquea a los
cubanos. Tiempo habrá. Lo importante es que el niño ha nacido en Los Ángeles, que está bien, que a la
madre nadie le molesta ni interrumpe, que todo marcha de maravilla y que cien mil euros por un parto
tampoco es para escandalizarse.
Arriba los pobres del mundo, en pie famélica legión.