Carmelo Arribas
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Carmelo Arribas Pérez
13 mar 2011 actualizado 12:17 CET
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Gesto de esperanza. Sor Isabel Guerra
Gesto de esperanza. Sor Isabel Guerra
Recomiendo a todo el mundo una de las experiencias más gratificantes y llenas de sorpresas del mundo, visitar y compartir conversación con esas personas que viven en un convento de clausura. Todo el mundo de suspicacias, tensiones, búsqueda de felicidad a base de cosas externas a nosotros, conceptos de acaparamiento de dinero, puestos políticos telebasura y mil y una cosas que componen nuestra cotidiana existencia, son algo desconocido, es otro mundo, lleno de sencillez y candor, que habita en personas con una gran alegría interior, y que se ríen y sonrojan por las cosas más nímias, y que no necesitan de nada, no tienen dinero, y son sin embargo lo/as más rico/as del mundo, porque no ambicionan nada y viven del modo más austero que uno puede imaginar.
Cualquiera que por ejemplo haya visto las celdas de conventos que han sido dejados, como el de la Parra, (Badajoz), ahora casa rural, por no ir muy lejos, puede darse cuenta de la pobreza y austeridad en la que las monjitas han vivido. Realmente han abandonado el mundo y este no gira alrededor de una televisión o un reloj, sino alrededor de un trabajo que les permita vivir lo más dignamente posible y dedicarse a su vida interior.
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Gesto de esperanza. Sor Isabel Guerra
Recomiendo a todo el mundo una de las experiencias más gratificantes y llenas de sorpresas del mundo, visitar y compartir conversación con esas personas que viven en un convento de clausura. Todo el mundo de suspicacias, tensiones, búsqueda de felicidad a base de cosas externas a nosotros, conceptos de acaparamiento de dinero, puestos políticos telebasura y mil y una cosas que componen nuestra cotidiana existencia, son algo desconocido, es otro mundo, lleno de sencillez y candor, que habita en personas con una gran alegría interior, y que se ríen y sonrojan por las cosas más nímias, y que no necesitan de nada, no tienen dinero, y son sin embargo lo/as más rico/as del mundo, porque no ambicionan nada y viven del modo más austero que uno puede imaginar.
Cualquiera que por ejemplo haya visto las celdas de conventos que han sido dejados, como el de la Parra, (Badajoz), ahora casa rural, por no ir muy lejos, puede darse cuenta de la pobreza y austeridad en la que las monjitas han vivido. Realmente han abandonado el mundo y este no gira alrededor de una televisión o un reloj, sino alrededor de un trabajo que les permita vivir lo más dignamente posible y dedicarse a su vida interior.
Ni por asomo se les ocurriría que nadie les fuera a robar, porque incluso habían habilitado un comedor para que los obreros que les hacían las obras recientemente pudieran comer adecuadamente y se fiaban de ellos así que andaban libremente. Los 450.000 euros, los "ahorros" de toda una vida de 16 personas que trabajan diariamente, y que no tienen que comprar coches, ni televisiones de plasma, ni vacaciones de verano, ni pagar ropa de marca para los hijos, no es dinero, y esto lo han comprendido los habitantes de Zaragoza que conviven más cercanamente a ellas, y según afirma su abogado se han ofrecido a colaborar econonómicamente con ellas, porque saben que pueden tener problemas. "Un dinero legal, declarado ante hacienda, ya que todas las actividades que realizan las hermanas están registradas con su CIF correspondiente. García Huici sostiene que la Policía en ningún momento le ha comunicado que, además de investigar el robo, vayan a aclarar la procedencia del dinero, tal y como se dijo en un primer momento. Los 450.000 euros eran «los ahorros de toda la vida», con los que hacían frente a los gastos del día a día."
Pero el mayor quebranto posiblemente no haya sido el económico, "Dios me lo dio Dios me lo quitó. Alabado sea Dios " diría Job (Job 1, 21) y que habrá sido durante estos días, seguramente, uno de los versículos Bíblicos que habrán repetido, con más frecuencia, en sus oraciones, juntamente con el deseo de que todo esto pase, y que les dejemos todos en paz, con sus rezos y trabajos, porque para eso se retiraron del "mundo" para vivir en paz, algo que parece ser, es mas difícil de conseguir de lo que ellas habían pensado, porque entre otras cosas aplicamos donde no debemos, unos parámetros de suspicacia y mal pensar, en los que incluimos a todos pensando que son como nosotros y se rigen por los mismos cánones de conducta. El suyo es otro mundo, y si alguno tiene alguna vez ocasión, aproveche, compruébelo, es una experiencia que no olvidarán mientras vivan, es imposible pensar que en este mundo exista todavía tal candidez y bondad, y se acaba pensando, que mientras existan personas así, no todo está perdido.