METIS se casó con ZEUS de mala gana y tras un largo cortejo.
Para huir de él primero se transformo en pez, pero también ZEUS se convirtió en pez y la siguió a nado. Salio del agua y se cernió sobre los aires en forma de águila, pero también ZEUS sé convirtió en águila. No había escapatoria. Muy pronto METIS, resignada, dijo a ZEUS que esperaba un hijo. Ansioso de saber si era varón o hembra fue a consultar al ORÁCULO DE DELFOS.
- ¡Oh poderoso ZEUS!-proclamo el oráculo -. El primogénito de METIS será una niña de grandes dotes, sabia y buena.
Pero el segundo hijo será varón y te derrocará, como tu has hecho con el omnipotente CRONOS.
ZEUS se sintió profundamente afectado por aquellas palabras y decidió no correr riesgos, ni siquiera con el primer hijo. Un día, antes de dar a luz, estaba METIS paseándose por el bosque cercano al LAGO TRITÓNIDE, en Libia, y ZEUS la llamó con una seña. La diosa se acerco sonriendo, pero la agarro y la devoro, igual que hace el lucio con los peces más pequeños. Ahora ningún hijo de METIS amenazaría mi reino.
Se había librado de METIS, pero en su lugar le sobrevino un terrible dolor de cabeza. Ninguno de los remedios habituales le sirvió de nada. Entonces mandó llamar a HEFESTO.
-Hay un espíritu maligno dentro de mí, que es preciso poner en libertad-dijo.
El dios tomo el hacha de bronce que había traído consigo y de un hachazo abrió una hendidura en el cráneo de ZEUS para que saliera el espíritu. Pero no sucedió nada de eso. De la herida saltó afuera una joven bellísima con cabellos rubios y ojos azules. Traía puesta la coraza y sostenía una balanza en la mano.
Al verla, ZEUS comprendió que era la hija de METIS y, a pesar de sus primeros temores, la acepto y le dio el nombre de ATENEA.
Para huir de él primero se transformo en pez, pero también ZEUS se convirtió en pez y la siguió a nado. Salio del agua y se cernió sobre los aires en forma de águila, pero también ZEUS sé convirtió en águila. No había escapatoria. Muy pronto METIS, resignada, dijo a ZEUS que esperaba un hijo. Ansioso de saber si era varón o hembra fue a consultar al ORÁCULO DE DELFOS.
- ¡Oh poderoso ZEUS!-proclamo el oráculo -. El primogénito de METIS será una niña de grandes dotes, sabia y buena.
Pero el segundo hijo será varón y te derrocará, como tu has hecho con el omnipotente CRONOS.
ZEUS se sintió profundamente afectado por aquellas palabras y decidió no correr riesgos, ni siquiera con el primer hijo. Un día, antes de dar a luz, estaba METIS paseándose por el bosque cercano al LAGO TRITÓNIDE, en Libia, y ZEUS la llamó con una seña. La diosa se acerco sonriendo, pero la agarro y la devoro, igual que hace el lucio con los peces más pequeños. Ahora ningún hijo de METIS amenazaría mi reino.
Se había librado de METIS, pero en su lugar le sobrevino un terrible dolor de cabeza. Ninguno de los remedios habituales le sirvió de nada. Entonces mandó llamar a HEFESTO.
-Hay un espíritu maligno dentro de mí, que es preciso poner en libertad-dijo.
El dios tomo el hacha de bronce que había traído consigo y de un hachazo abrió una hendidura en el cráneo de ZEUS para que saliera el espíritu. Pero no sucedió nada de eso. De la herida saltó afuera una joven bellísima con cabellos rubios y ojos azules. Traía puesta la coraza y sostenía una balanza en la mano.
Al verla, ZEUS comprendió que era la hija de METIS y, a pesar de sus primeros temores, la acepto y le dio el nombre de ATENEA.