La falla que hay en esa zona se mueve muy lentamente y es eso es en cierta medida positivo, ya que hace que haya pequeños o moderados movimientos que liberan energía en pequeñas cantidades, por lo que ésta no se acumula, produciendo movimientos mayores, y permite que las placas vayan reajustándose poco a poco y manteniendo su equilibrio", explica José Antonio Sánchez.
En Japón, explica el geólogo, "la falla es de subducción, lo que produce acumulaciones de energía mayores, y grandes y bruscos movimientos, por lo que las consecuencias son mayores", como en el último seísmo sufrido en ese país, de 9 grados.
La ley española establece normas sismo-resistentes para la construcción de edificios Tras los sismos registrados se pueden esperar réplicas, aunque es difícil preverlo. "Normalmente, estas réplicas son de menor intensidad que el terremoto principal, aunque en el caso de Lorca se ha producido un movimiento premonitorio o precursor y después otro de mayor intensidad", hace ver Sánchez.
Frente a estos movimientos, la ley española establece normas sismo-resistentes para la construcción de edificios. "Hay una norma que data de 1994 y otra de 2002, que regulan el modo en que deben construirse los edificios, por ejemplo, reforzando los cimientos de éstos y su configuración", explica el geólogo. Sin embargo, "lo habitual es que los edificios más antiguos sean los que más sufran con los movimientos".
En Lorca se han registrado al menos diez víctimas mortales porque "aunque las estructuras de los edificios estén preparadas para resistir el temblor, se pueden desprender de éstos elementos de la fachada, revestimientos o cornisas, lo que puede provocar daños a la población".
En Japón, explica el geólogo, "la falla es de subducción, lo que produce acumulaciones de energía mayores, y grandes y bruscos movimientos, por lo que las consecuencias son mayores", como en el último seísmo sufrido en ese país, de 9 grados.
La ley española establece normas sismo-resistentes para la construcción de edificios Tras los sismos registrados se pueden esperar réplicas, aunque es difícil preverlo. "Normalmente, estas réplicas son de menor intensidad que el terremoto principal, aunque en el caso de Lorca se ha producido un movimiento premonitorio o precursor y después otro de mayor intensidad", hace ver Sánchez.
Frente a estos movimientos, la ley española establece normas sismo-resistentes para la construcción de edificios. "Hay una norma que data de 1994 y otra de 2002, que regulan el modo en que deben construirse los edificios, por ejemplo, reforzando los cimientos de éstos y su configuración", explica el geólogo. Sin embargo, "lo habitual es que los edificios más antiguos sean los que más sufran con los movimientos".
En Lorca se han registrado al menos diez víctimas mortales porque "aunque las estructuras de los edificios estén preparadas para resistir el temblor, se pueden desprender de éstos elementos de la fachada, revestimientos o cornisas, lo que puede provocar daños a la población".