Jose Antonio Escudero nos emocionó.
Nos emocionó desde el mismo instante en el que cogió la porra de Cascamorras en su barrio de la estación hasta el momento en el que tremoló la bandera en la puerta de la iglesia de Santo Domingo dedicándola a todos los cascamorreros y a su padre.
José Antonio tomó con responsabilidad su cargo y supo esgrimir la porra de Cascamorras con sabiduría, dirigió a la mancha cascamorrera como un director su orquesta, eso sí, lejos aún de ser una orquesta sinfónica.
Nos emocionó desde el mismo instante en el que cogió la porra de Cascamorras en su barrio de la estación hasta el momento en el que tremoló la bandera en la puerta de la iglesia de Santo Domingo dedicándola a todos los cascamorreros y a su padre.
José Antonio tomó con responsabilidad su cargo y supo esgrimir la porra de Cascamorras con sabiduría, dirigió a la mancha cascamorrera como un director su orquesta, eso sí, lejos aún de ser una orquesta sinfónica.