UYy el Cacamorras, anda que no le hemos tirao tomates los niños de
Purullena, pobre algunos hasta
piedras, que bestias ¡
A mí me encantaba oirlo llegar con todos sus cascabeles, lazos y la chiquillería que lo acompañaba.. era tan pintorescoooo, ¡pero me daba tanta pena cuando le hacían daño' y él tam pancho y
feliz, yo no lo entendía, era demasiado pequeña. Con el tiempo dejó de ir al
pueblo, ahora ignoro si pasa..