Si pudiera hablar mi lengua, si fuera tan orgulloso,
yo que apenas un burrito, perdido en la milpa, solo…
Hoy me han cargado una carga con un rosal y una rosa:
nunca tuviera mi lomo menos peso y más aroma.
Adelante iba José arreando yuntas de sombras,
atrás ángeles-espejos anticipaban la aurora.
Y arriba sobre mi espalda, luz de luz, rosa de rosa,
Dios escondido en la Virgen, hostia dentro en su custodia.
En la procesión nocturna mis patas eran las andas;
candeleros los maizales y el palio las nubes blancas.
Mi aliento era el incensario; mi hocico carbón en brasa.
Soy su servidor el burro que anduvo nueve jornadas.
Al filo de nieve y luna vengo pidiendo posada,
¿quién me renta una parcela para una Rosa en su Rama?
Joaquín Antonio Peñalosa
yo que apenas un burrito, perdido en la milpa, solo…
Hoy me han cargado una carga con un rosal y una rosa:
nunca tuviera mi lomo menos peso y más aroma.
Adelante iba José arreando yuntas de sombras,
atrás ángeles-espejos anticipaban la aurora.
Y arriba sobre mi espalda, luz de luz, rosa de rosa,
Dios escondido en la Virgen, hostia dentro en su custodia.
En la procesión nocturna mis patas eran las andas;
candeleros los maizales y el palio las nubes blancas.
Mi aliento era el incensario; mi hocico carbón en brasa.
Soy su servidor el burro que anduvo nueve jornadas.
Al filo de nieve y luna vengo pidiendo posada,
¿quién me renta una parcela para una Rosa en su Rama?
Joaquín Antonio Peñalosa