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¿Los fracasos existen?
Los fracasos no existen, tan sólo existen los resultados inesperados. Tienen entre sus manos, este texto escrito por un hombre que no ha fracasado ni una sola vez en los últimos años. Imagino lo que estarán pensando: "No sé si es provocativo, arrogante o simplemente tonto."
Es posible que, de buenas a primeras, lo dicho suene arrogante, pero se debe únicamente a que a veces logro resultados que no había esperado. La palabra "fracaso", no significa para mí otra cosa que no sea "el primer paso en el aprendizaje".
¿Emprenderían algo si supiesen que nada puede salir mal? ¿Transcurre la vida de ustedes en la mediocridad, sólo porque no desean correr el riesgo de fracasar? ¿Cómo se sienten al no hacer lo que deberían hacer?
He mantenido muchas conversaciones con personas diversas y pude comprobar, que el miedo al fracaso es el obstáculo que conspira, en mayor medida, contra una vida plena. ¡Qué desperdicio de energía y potencial!
Contemplemos ahora el problema del fracaso desde una óptica diferente. Sé muy bien lo difícil que es cambiar el enfoque habitual, pero vale la pena tener en cuenta que no sólo existen polos extremos de fracaso y éxito, pérdida y ganancia. Entre ambos, se extiende un amplio campo en el que desarrollamos la mayor parte de nuestras actividades. Es, por decirlo así, la tercera cara de la medalla, la zona gris en la que observamos, aprendemos y recogemos experiencia.
¿Los fracasos existen?
Los fracasos no existen, tan sólo existen los resultados inesperados. Tienen entre sus manos, este texto escrito por un hombre que no ha fracasado ni una sola vez en los últimos años. Imagino lo que estarán pensando: "No sé si es provocativo, arrogante o simplemente tonto."
Es posible que, de buenas a primeras, lo dicho suene arrogante, pero se debe únicamente a que a veces logro resultados que no había esperado. La palabra "fracaso", no significa para mí otra cosa que no sea "el primer paso en el aprendizaje".
¿Emprenderían algo si supiesen que nada puede salir mal? ¿Transcurre la vida de ustedes en la mediocridad, sólo porque no desean correr el riesgo de fracasar? ¿Cómo se sienten al no hacer lo que deberían hacer?
He mantenido muchas conversaciones con personas diversas y pude comprobar, que el miedo al fracaso es el obstáculo que conspira, en mayor medida, contra una vida plena. ¡Qué desperdicio de energía y potencial!
Contemplemos ahora el problema del fracaso desde una óptica diferente. Sé muy bien lo difícil que es cambiar el enfoque habitual, pero vale la pena tener en cuenta que no sólo existen polos extremos de fracaso y éxito, pérdida y ganancia. Entre ambos, se extiende un amplio campo en el que desarrollamos la mayor parte de nuestras actividades. Es, por decirlo así, la tercera cara de la medalla, la zona gris en la que observamos, aprendemos y recogemos experiencia.