El informe anual del Defensor del Pueblo andaluz –también el del Defensor nacional– incluye siempre un apartado dedicado a ‘señalar con el dedo’ a aquellas administraciones que se distinguen por entorpecer la labor de la institución que dirige José Chamizo, es decir, por hacer las cosas mal. Como es natural, es un sitio en el que, en teoría, nadie querría estar. Y la verdad es que cada vez son menos. En el informe del Defensor andaluz de 2011 –que fue hecho público hace unos días– solo aparecen cuatro referencias. A saber: el alcalde de Sevilla, el gerente de la Agencia Tributaria de ese mismo Consistorio y el Ayuntamiento granadino de Purullena por partida doble, lo que sitúa a dicha institución como las más entorpecedora de Andalucía –eso sí, empatada con la capital hispalense–.