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Del apartado "La doncella o la muerte"
Poema I
Aparece cual sueño. Se deshace
en sus gestos de mar.
Su piel trae un perfume
de anémona que deja suspendida la noche.
Sé que no quiere hablar; lo leo entre sus labios,
en sus pupilas
que indagan en la niebla.
Nunca sabré el porqué
del rumor de su pelo,
de ese gris irisado que la envuelve.
No me atrevo a nombrarla
ni a ofrecerle mi mano para cruzar la arena.
Lleva un mirar de olvido
derramado en sus ojos de crisálida
-quizás para morir más lentamente-
Su sonrisa se inflama hasta llenar el aire.
Se acaricia los hombros
con ademán de hielo.
Se marcha con el alba,
dejando tras de si un rastro de mareas,
un aroma imposible,
como de escalofrío.
Quizás sea tan sólo un hechizo de luna
o una mujer de agua
que sobreviene a mi de cualquier ola.
De mi poemario "Moyra se asoma al mar" Premio Ciudad de Mérida.-Carmen Rubio
Poema I
Aparece cual sueño. Se deshace
en sus gestos de mar.
Su piel trae un perfume
de anémona que deja suspendida la noche.
Sé que no quiere hablar; lo leo entre sus labios,
en sus pupilas
que indagan en la niebla.
Nunca sabré el porqué
del rumor de su pelo,
de ese gris irisado que la envuelve.
No me atrevo a nombrarla
ni a ofrecerle mi mano para cruzar la arena.
Lleva un mirar de olvido
derramado en sus ojos de crisálida
-quizás para morir más lentamente-
Su sonrisa se inflama hasta llenar el aire.
Se acaricia los hombros
con ademán de hielo.
Se marcha con el alba,
dejando tras de si un rastro de mareas,
un aroma imposible,
como de escalofrío.
Quizás sea tan sólo un hechizo de luna
o una mujer de agua
que sobreviene a mi de cualquier ola.
De mi poemario "Moyra se asoma al mar" Premio Ciudad de Mérida.-Carmen Rubio