pa mi brasileira ¡
Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una là ¡grima asomada
yo no pude contener.
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeñó en deshacer.
Si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que comprendas
el valor que representa
el coraje de querer.
Era para mà la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
SabÃa que en el mundo no cabÃa
toda mi humilde alegrÃa
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverà ¡.
Por seguir tras de su huella
yo bebà incansablemente
en mi copa de dolor.
Pero nadie comprendÃa
que si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste en la pendiente,
solitario y ya vencido,
yo me quiero confesar.
Si aquella boca mentÃa
el amor que me ofrecÃa,
por aquellos ojos brujos
yo habrÃa dado siempre mà ¡s.
Era para mà la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
SabÃa que en el mundo no cabÃa
toda mi humilde alegrÃa
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverà ¡.
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una là ¡grima asomada
yo no pude contener.
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeñó en deshacer.
Si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que comprendas
el valor que representa
el coraje de querer.
Era para mà la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
SabÃa que en el mundo no cabÃa
toda mi humilde alegrÃa
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverà ¡.
Por seguir tras de su huella
yo bebà incansablemente
en mi copa de dolor.
Pero nadie comprendÃa
que si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste en la pendiente,
solitario y ya vencido,
yo me quiero confesar.
Si aquella boca mentÃa
el amor que me ofrecÃa,
por aquellos ojos brujos
yo habrÃa dado siempre mà ¡s.
Era para mà la vida entera
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
SabÃa que en el mundo no cabÃa
toda mi humilde alegrÃa
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
no me las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverà ¡.