De la Lola, la gente murmura
verdades oscuras de tiempo atras:
que si vino una vez un marinero
que con sus te quiero la fue a enamorar
que si todas las
noches sin luna
rondaba su alcoba por la madruga
y la Lola sus carnes hambrientas
saciaba en la
puerta, abierta en par en par.