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SALAR: LOS QUE NOS DEJARON NO LOS PUEDO OLVIDAR. QUE E. P....

LOS QUE NOS DEJARON NO LOS PUEDO OLVIDAR. QUE E. P. D.

Que tiempo vivió el que a otro mundo se marchó, que su recuerdo en vida dejó.

De Niño y de mayor por todas partes que viví fui feliz, todos me conocían por Marín.

Este escrito que a continuacion expongo es para los que ya nos dejaron. Q. P. D. Y para los que aún vivimos, para que seamos bondadosos con los que en vida todavía están.
Que pronto con ellos por mi avanzada edad debo estar, ya que mil años no voy a durar. ¡Qué de algunos oí el cuento que oí, y no comprendí! El vivir me hizo ver lo que de unos y otros vi y oí para después morir de todo cuanto vi. Y escuché que tampoco sé donde debo morir para poder ser feliz. Los que en vida quedamos recordad que hay que repartir antes de morir, para ser feliz y no dejar morir de hambre al pobre, que viéndolo pedir limosna lo dejó morir. ¡Pobre infeliz que para sobrevivir no tuvo más remedio que pedir!

No sé donde voy a morir. En Salar, Granada o cualquier otro lugar. Ya que hace mucho tiempo que salí de la tierra donde nací. De niño fui feliz entre el Algarve, Salar, Manzanil y el Rió Genil. Gran parte de estos términos recorrí. Recuerdo a grandes amigos de la infancia, que por desgracia perdí. También recuerdo a los mayores de edad, los cuales no puedo olvidar; a mis familiares y demás. Q. P. D.

Si fuiste egoísta con los demás, y al pobre mendigo en vida limosna no le quisiste dar, después de tu muerte te recordarán, sólo por tu egoísmo y maldad.
El mendigo a tu funeral asistirá y dirá ya quedamos los dos por igual, sin bienes ni capital. Y tus familiares te incinerarán ya que menos dinero les costará. ¡Qué descanses en paz!

Si fuiste bondadoso en vida, siempre te recordarán por tu bondad con los demás. Ya tienes la gloria ganada para la eternidad y con cariño tu bondad te recordarán, ya que comprendiste que muerto te quedas sin bienes ni capital. Lo mismo que los demás, que de la miseria los viniste a librar en cualquier lugar.

El mendigo que entierra, todavía con vida está. Dirá el día que muera: “todos quedamos en paz”. Tu millonario sin capital estás, lo mismo que los demás. Como le dirá al que en esta vida “su señoria” debieron llamar, por ser autoridad. Como a Ministros y demás que de Excelencia y demás hay que tratar, por ser autoridad. Al llegar la muerte todos quedamos igual. Seas de la religión que seas, y predicaba la verdad, con ella te quedarás sin resucitar. Igualado a los demás muertos, igual que los demás. ¡Ya que quedamos todos igual! Sin mando ni capital para la eternidad. Q. E. P. D.

Después de nuestra muerte todos quedamos muertos en cualquier lugar.
Y Marino Ramírez Trassierra. Mienta viva jamás te olvidará.

D. E. P.