Me llamo Darío, soy argentino y estuve por allí haciendo tatuajes. Dejé muchos
amigos en
Salobreña que espero les pasen mis saludos y recuerdos, en especial a la la gente del Chiringuito
Flores, sobre el
paseo marítimo, que tan bien se portaron conmigo, haciéndome olvidar la distancia a
casa. Estoy ahora en
Argentina, pero una parte de mi corazón se quedó en Salobreña.