La mano del hombre está siempre presente en estas labores.
Es la otra cara del curso del Arroyo de los Molinos.
La agricultura, que tan importante es, está marcada por el sacrificio de hombres y mujeres que se dedican en cuerpo y alma a estos menesteres, para sacar, a duras penas la cosecha del año.
Hay que proteger este sector para que dé frutos y recompensas a la dedicación humana.