Tuvo su momento de esplendor en el período árabe-andalusí, cuando toda la Alpujarra era un importante emporio agrícola especializado en la producción de seda. Durante el período nazarí perteneció a la Taha de Juviles.
Aquí nació Don Fernando de
Córdoba y
Válor que, tomando el nombre de Abén Humeya, se levantó en armas contra Felipe II, provocando una revuelta general entre los moriscos de todo el reino de
Granada. Disensiones internas entre los propios moriscos que, en 1569, dieron muerte a Abén Humeya, permitieron que Don Juan de
Austria acabara pronto con el levantamiento. Los moriscos serían definitivamente expulsados en 1609, y la villa sería repoblada con colonos procedentes de
Jaén.
Don Fernando de Córdoba y Válor, coronado por su
pueblo rey de La Alpujarra con el nombre de Abén Humeya.
Después de la conquista de Granada, los Reyes Católicos concedieron el señorío de Los Válores a Don Hernando de Córdoba, abuelo de Aben Humeya, de la
familia de “Los Hernandos” que fijó su residencia en “Válor el Alto” y añadió el nombre de Válor a su apellido, pasando a llamarse Hernando de Córdoba y Válor, y su familia “Los Valoríes”.
Tenidos por descendientes directos del profeta Mahoma, de la rama de los Omeya, la familia de los Hernandos estaba muy bien considerada entre los moriscos, por lo que no es de extrañar que estos eligieran a uno de sus miembros, Fernando de Córdoba y Válor, que además era Caballero Veinticuatro de la capital granadina, es decir miembro del concejo municipal, como cabeza visible del levantamiento contra Felipe II, proclamándolo nada menos que “Rey de los Andaluces” con el nombre de Aben Humeya
Aunque los yacimientos arqueológicos permiten suponer asentamientos humanos en este lugar desde la Edad del Bronce y hay vestigios también de la época
romana, lo cierto es que Válor nace como núcleo de población en la época de la dominación islámica y conserva casi totalmente su fisonomía de entonces, con
calles estrechas y
casas típicamente alpujarreñas. Perteneció a la tahá de Juviles y conoció un periodo de esplendor gracias a la producción de seda. Después de la conquista cristiana y debido a la presión de los nuevos señores, se levantó en armas contra Felipe II el noble Fernando de Córdoba y Válor, que fue coronado aquí como Rey de las Alpujarras con el nombre de Abén Humeya. Pero disensiones internas le llevaron a morir asesinado y cuando Juan de Austria terminó con la revuelta morisca, Válor fue repoblada con cristianos procedentes de Jaén.
Nechite y Medina Alfahar eran dos alquerías musulmanas que nacieron durante la época nazarita.