Después de Franco, salvando las diferencias, claro, el Presidente más nefasto ha sido Aznar. El ha sido el que ha dilapidado el potencial de desarrollo en las dos legislaturas en las que la bonanza de la economía mundial podían permitirlo.
En vez de potenciar la investigación y desarrollo y la innovación: ¡todos al ladrillo ¡No economía productiva e innovadora que proporciona puestos de trabajo, sino economía especulativa que permite pingües beneficios a los especuladores y defraudadores.
La falta de mano de obra atrajo 4 millones de inmigrantes.
Se abandonaron negocios como hostelería, agricultura y algunos jóvenes los estudios, para acudir al relumbrón de la construcción.
Dejamos que Hacienda no controlase los especuladores y defraudadores de cantidades millonarias incalculables y, de igual manera, la seguridad social.
Los inmigrantes sin papeles permitían a algunos empresarios sin escrúpulos tener mano de obra barata, en régimen casi de esclavitud, haciendo además la competencia desleal a aquellas empresas que no hacían estas prácticas, además de "hacer la vista gorda" de las condiciones en que estas personas trabajaban, algunas accidentadas y arrojadas a la puerta del Hospital, diciéndole el patrón: "Tú di que a mí no me conoces", aunque hubiera perdido un brazo el inmigrante.
Los 4 millones de inmigrantes, por la falsa bonanza económica española, serían en el futuro: parados en gran parte, contribuyendo a aumentar las cifras de paro al sumarle los españoles. De no haber existido la burbuja inmobiiaria, no hubieran acudido tantos y habría menos parados.
Por otra parte, no se diversificó lógicamente los tipos de puestos de trabajo: eran ladrillo y sus derivados.
No escucharon las voces de Europa que advertían del excesivo endeudamiento, con el riesgo que ello conllevaba. Al final se produjo el problema.
No se hacían viviendas sociales para facilitar la venta de viviendas de venta libre, favoreciendo el negocio de los ricachones y el endeudamiento de las clases trabajadoras, al amparo de los intereses bajos (los tipos los fijaba el Banco Central Europeo)
Por si fuera poco, nos mete en una guerra sin la aprobación de las Naciones Unidas.
¿cuántos inocentes han sido mutilados o muertos por culpa de esta guerra? Un irakí de 12 años se quedó sin sus padres por los bonbardeos. Perdió las piernas y los brazos. ¿cuántos habría de éstos? Los que defendían esta guerra en apoyo a Aznar, ¿fueron allí con su familia a soportar los horrores al igual que la población civil inocente? Hay que ser muy cruel para apoyar el sufrimiento y la muerte de tantos inocentes.
Y volviendo a lo económico, con esos edificios con pies de barro, era de lógica suponer que se fabricaron 4 millones de empleos condenados a ser futuros parados.
Por cierto, en los debates previos a las elecciones generales del pasado 2.011, si había 4.200.000 parados decían que había 5.000.000, siempre redondeabanb al alza.
Pero lo que nadie decía, ni siquiera el PSOE, es que han intoxicado a la opinión pública, han engañado, yha que este paro no es sino el EFECTO de la pésima orientación económica del Presidente Aznar. Las CAUSAS fueron de Aznar, los EFECTOS, han venido después, paro, y más paro, unido al endeudamiento de la población con las hipotecas y pérdida de la vivienda pero manteniendo la deuda, un a ruina total para muchos trabajadores, que no para los poderosos, banqueoros y constructores y afines.
Quien sea rico, me parece lógico y natural que apoye a la derecha a la que pertenece.
Quien no lo sea, si apoya a la derecha, es un suicidio económico y la ruina para otros
Esta si es la herencia que nos dejo el Aznar y compañía.
La desmemoria de Guindos: en 2003 negó la burbuja inmobiliaria, aconsejó invertir en ladrillo y ahora culpa a Zapatero.
Luis de Guindos, actual ministro de Economía parace sufrir amnesia severa o no tiene rubor alguno en contradecirse. En 2003 era Secretario de Estado de Economía en el Gobierno Aznar. Desde el año 2000 expertos nacionales e internacionales avisaban de que en España se estaba formando una burbuja inmobiliaria que tendría graves consecuencias. Todo el Gobierno Aznar, con De Guindos y Rato a la cabeza, se lanzaron a negarlo y el actual ministro recomendaba invertir en ladrillo porque "se transmitirán a generaciones futuras".
Lo que dijo y no quiere recordar
En el año 2003, cuando era Secretario de Estado de Economía, se empeñaba en restar importancia a las voces que alertaban sobre la burbuja inmobiliaria y recomendaba seguir invirtiendo en ladrillo porque “hay unos activos que se transmitirán a generaciones futuras”. En una entrevista concedida a ABC no solo negó la existencia de la burbuja inmobiliaria, sino que afirmó que había margen para que siguiera uamentando el endeudamiento privado: “nuestro endeudamiento continúa muy por debajo de la media europea y hay que tener en cuenta que las familias se endeudan para adquirir vivienda, no para comprar bienes de consumo perecederos”. El endeudamiento que estaba por debajo de la media europea era el público, es decir, el del Estado. El endeudamiento privado estaba ya disparado.
Por cierto, cuando De Guindos en 2003 era Secretario de Estado de Economía y el presidente del Gobierno era Aznar, el ministro de Economía, y por tanto su jefe inmediato, era Rodrigo “euro”Rato, quien también negó la burbuja y al que De Guindos ha fulminado ahora como presidente de Bankia.
En vez de potenciar la investigación y desarrollo y la innovación: ¡todos al ladrillo ¡No economía productiva e innovadora que proporciona puestos de trabajo, sino economía especulativa que permite pingües beneficios a los especuladores y defraudadores.
La falta de mano de obra atrajo 4 millones de inmigrantes.
Se abandonaron negocios como hostelería, agricultura y algunos jóvenes los estudios, para acudir al relumbrón de la construcción.
Dejamos que Hacienda no controlase los especuladores y defraudadores de cantidades millonarias incalculables y, de igual manera, la seguridad social.
Los inmigrantes sin papeles permitían a algunos empresarios sin escrúpulos tener mano de obra barata, en régimen casi de esclavitud, haciendo además la competencia desleal a aquellas empresas que no hacían estas prácticas, además de "hacer la vista gorda" de las condiciones en que estas personas trabajaban, algunas accidentadas y arrojadas a la puerta del Hospital, diciéndole el patrón: "Tú di que a mí no me conoces", aunque hubiera perdido un brazo el inmigrante.
Los 4 millones de inmigrantes, por la falsa bonanza económica española, serían en el futuro: parados en gran parte, contribuyendo a aumentar las cifras de paro al sumarle los españoles. De no haber existido la burbuja inmobiiaria, no hubieran acudido tantos y habría menos parados.
Por otra parte, no se diversificó lógicamente los tipos de puestos de trabajo: eran ladrillo y sus derivados.
No escucharon las voces de Europa que advertían del excesivo endeudamiento, con el riesgo que ello conllevaba. Al final se produjo el problema.
No se hacían viviendas sociales para facilitar la venta de viviendas de venta libre, favoreciendo el negocio de los ricachones y el endeudamiento de las clases trabajadoras, al amparo de los intereses bajos (los tipos los fijaba el Banco Central Europeo)
Por si fuera poco, nos mete en una guerra sin la aprobación de las Naciones Unidas.
¿cuántos inocentes han sido mutilados o muertos por culpa de esta guerra? Un irakí de 12 años se quedó sin sus padres por los bonbardeos. Perdió las piernas y los brazos. ¿cuántos habría de éstos? Los que defendían esta guerra en apoyo a Aznar, ¿fueron allí con su familia a soportar los horrores al igual que la población civil inocente? Hay que ser muy cruel para apoyar el sufrimiento y la muerte de tantos inocentes.
Y volviendo a lo económico, con esos edificios con pies de barro, era de lógica suponer que se fabricaron 4 millones de empleos condenados a ser futuros parados.
Por cierto, en los debates previos a las elecciones generales del pasado 2.011, si había 4.200.000 parados decían que había 5.000.000, siempre redondeabanb al alza.
Pero lo que nadie decía, ni siquiera el PSOE, es que han intoxicado a la opinión pública, han engañado, yha que este paro no es sino el EFECTO de la pésima orientación económica del Presidente Aznar. Las CAUSAS fueron de Aznar, los EFECTOS, han venido después, paro, y más paro, unido al endeudamiento de la población con las hipotecas y pérdida de la vivienda pero manteniendo la deuda, un a ruina total para muchos trabajadores, que no para los poderosos, banqueoros y constructores y afines.
Quien sea rico, me parece lógico y natural que apoye a la derecha a la que pertenece.
Quien no lo sea, si apoya a la derecha, es un suicidio económico y la ruina para otros
Esta si es la herencia que nos dejo el Aznar y compañía.
La desmemoria de Guindos: en 2003 negó la burbuja inmobiliaria, aconsejó invertir en ladrillo y ahora culpa a Zapatero.
Luis de Guindos, actual ministro de Economía parace sufrir amnesia severa o no tiene rubor alguno en contradecirse. En 2003 era Secretario de Estado de Economía en el Gobierno Aznar. Desde el año 2000 expertos nacionales e internacionales avisaban de que en España se estaba formando una burbuja inmobiliaria que tendría graves consecuencias. Todo el Gobierno Aznar, con De Guindos y Rato a la cabeza, se lanzaron a negarlo y el actual ministro recomendaba invertir en ladrillo porque "se transmitirán a generaciones futuras".
Lo que dijo y no quiere recordar
En el año 2003, cuando era Secretario de Estado de Economía, se empeñaba en restar importancia a las voces que alertaban sobre la burbuja inmobiliaria y recomendaba seguir invirtiendo en ladrillo porque “hay unos activos que se transmitirán a generaciones futuras”. En una entrevista concedida a ABC no solo negó la existencia de la burbuja inmobiliaria, sino que afirmó que había margen para que siguiera uamentando el endeudamiento privado: “nuestro endeudamiento continúa muy por debajo de la media europea y hay que tener en cuenta que las familias se endeudan para adquirir vivienda, no para comprar bienes de consumo perecederos”. El endeudamiento que estaba por debajo de la media europea era el público, es decir, el del Estado. El endeudamiento privado estaba ya disparado.
Por cierto, cuando De Guindos en 2003 era Secretario de Estado de Economía y el presidente del Gobierno era Aznar, el ministro de Economía, y por tanto su jefe inmediato, era Rodrigo “euro”Rato, quien también negó la burbuja y al que De Guindos ha fulminado ahora como presidente de Bankia.