¿Qué me acuerdo yo de mi pueblo?: los nidos con huevos y pajarillos sobre los árboles y las eras, las perdices agazapadas y camufladas en la tierra, tras la búsqueda del cazador, el sabor y la riqueza de las económicas moras silvestres. Esos frutos de la tierra que tanto exhalaba mi padre para saborear una familia numerosa de 6 hermanos, el sudor del campo, el trillar de mi padre con mi poco conocimiento de la dureza campeña y que yo quería heredar. Que vivan las Ventas y los venteños. Antonio García, hijo de ángel Pepico de la ermita y Josefa.