Viznar es de origen árabe y se convirtió durante la época histórica de la dominación musulmana en una de las llaves del entramado de acequias que permitían regar la Vega de
Granada y hacerla producir con la calidad y cantidad que le ha sido siempre habitual. Sufrió con cierta virulencia la rebelión de los moriscos y se vio afectada lógicamente por la expulsión de éstos en el siglo XVI, por lo que hubo de ser parcialmente repoblada. De grandes masas arbóreas, este municipio ha sido siempre uno de los predilectos de las
familias granadinas con recursos económicos para tener su segunda vivienda y huir de los calores de la capital en
verano. Su clima benigno desde el
atardecer, gracias a su ubicación más alta como población serrana, y su proximidad a la capital lo hicieron posible. En 1936 quedó marcada por haber pasado allí sus últimas horas el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, fusilado una madrugada en algún barranco entre Víznar y
Alfacar. Un triste episodio al que fue ajena su población, que sin embargo ahora vive con satisfacción los
homenajes que se rinden a la memoria del escritor y al que ha dedicado un hermoso
parque.