Pasó el tiempo; mis tíos y tías, habían emigrado casi todos, y, servidor, también andaba ya por el mundo, comenzando un ciclo vital, lleno de inseguridades, de dudas, afrontando situaciones desconocidas, y sintiendo anhelos ardientes y también desconocidos. Hasta que un día, la vida nos mostró su cara más descarnada y menos amable. Un 3 de febrero, gris y ventoso, el abuelo amanecía en su cama, sonriente, pero frio e inánime. Se había ido sin despedirse. Una muerte fácil, como el quería. De inmediato, ... (ver texto completo)
En ese nuevo contexto, la abuela y la tía que quedó con ella, hubieron de abandonar el cortijo para que entrara mano de obra nueva, iendose a vivir a Rute. Allí falleció la abuela, llena de congojas, que no pudo superar. El tío abuelo aún las visitaba alguna vez, hasta que cuatro años más tarde, se nos fue a su eternidad, que olía a Armani y fingía la vida en el sueño eterno. Con mis 2 tíos, viajamos a un pueblecito de los montes Vosgos, para darle el último adiós. Todo resultó muy emotivo. Tenía ... (ver texto completo)