ZAGRA: Kiko, esta intervención tuya creo, sin temor a equivocarme,...

Kiko, esta intervención tuya creo, sin temor a equivocarme, que la suscribimos todos en su totalidad. Todos los años, cada año, nos planteamos cambiar nuestra vida, nuestras actitudes ante la vida, pero una y otra vez se quedan en palabras. La realidad, la dura realidad nos devuelve a lo cotidiano, cual si al levantarnos de la cama después de haber vivido un bonito sueño, al levarnos, el agua nos despertara definitivamente y nos ubicara en la realidad, quizá, triste realidad del día a día. Hay quien dice, que el hombre es así, que no hay vuelta atrás, que es su destino, que todas esas afirmaciones que tú haces sobre el mismo, así lo definen. Soy rouseauniano por convicción, por tanto, creo que el hombre es bueno por naturaleza, pero que esta sociedad, estas sociedades en que vivimos y hemos vivido durante muchos siglos nos corrompen, nos destruyen, y nos hacen esclavos de sus monótonos transcurrires. Guiados por personajes siniestros que una y otra vez se empeñan en manejarnos como si fuéramos marionetas a su servicio, o a su antojo.
El cambio de actitud en el ser humano es posible y necesario si queremos sobrevivir, precisamente, como seres humanos. Para ello, no es necesario que al día siguiente, salgamos vestidos a la calle con otras ropas, con otro peinado, con otra cara. Simplemente, hagamos desarrollar nuestros instintos de nobleza, ante nosotros mismos y ante los demás, empezemos a ser valientes ante la vida, afrontándola con gallardía, desechando aquéllo que nos esclaviza, que nos hace ser lo que no queremos. Instruyámonos en el conocimiento ancestral de tantos personajes ilustres que en la vida ha habido, y desechemos todas aquellas fórmulas que, bajo el epígrafe de progreso y bienestar, no estimulan el esfuerzo, el trabajo, la honestidad, la solidaridad, el respeto hacia uno mismo y hacia los demás,...
Otra forma de vida es posible, y hasta necesaria si queremos que, al final de nuestras vidas, no nos tengamos que reprochar ante nuestras conciencias que, pudiéndolo haber hecho mejor, no quisimos porque las condiciones de nuestra vida, codiciones que nosotros mismos podemos manejar, no nos dejaron. En el planteárnoslo con seriedad está la clave para que un día, en el futuro, nuestros hijos sean mejores personas que nosotros lo hemos sido.
Que este año que nos hemos empezado sea el principio de nuestra liberación interior y exterior de todo lo que nos daña y nos hace débiles. Que así sea. E. G.

P. D.: Enhorabuena, Kiko, por tu intervención magistral tanto en la forma cono en el contenido.