Kiko, en vista de las adesiones, no te queda otra, que dar la vuelta al ruedo y, lanzar la montera a el tendido, entre aplausos, vitorés y, pañuelos, pidiendo la oreja.
E. G, dime donde esta esa casa, que hago la maleta y me voy, sin pensarlo dos veces
E. G, dime donde esta esa casa, que hago la maleta y me voy, sin pensarlo dos veces