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ZAGRA: Al final el foro se ha convertido en el muro de las...

Al final el foro se ha convertido en el muro de las lamentaciones. ¡Qué barbaridad! Y empeñados todos en hacer amigos entre el personal que se dedica a la banca y los pobres funcionarios a los que han hecho también más pobres en este mes. Si eso de igualar a todos en la pobreza es algo ya muy antiguo pero que yo pensaba que había pasado de moda entre los partidos llamados de izquierdas. Más sorpresas nos llevaremos, sin duda.

Y bueno, los he vito tan extremados en sus apreciaciones sobre el trabajo en la banca que he llamado a un amigo que trabaja en ella a ver si lo estaba pasando francamente mal y yo no me había enterado. No sabía cómo abordar el asunto, así que en mi llamada debí estar al principio algo torpe porque llegó a pensar que estaba interesado en un préstamo hipotecario. Luego, al reconducir la conversación con mejor maestría y mayor sinceridad, me explicó algunas consideraciones que quiero compartir con ustedes aunque sin mucha esperanza a que sean, al menos, aceptadas..

Me dijo: bueno, hombre, no todo el mundo que se dedica a la banca tiene que ser mala persona. Lo mismo que no todo el mundo que se dedica a cualquier otra profesión tiene que ser buena. Lo bueno y lo malo en las personas no depende de su profesión, aunque en ellas manifiesten de forma clara sus bondades o sus malevolencias. Cuando yo le insistí que conocía a unos amigos que no hablaban muy bien de los banqueros por la enorme presión que soportaban o ejercían, me contestó que esa era una visión algo simple del problema. Y me habló de la gestión por objetivos y resultados, y me explicó que si nuestros políticos, funcionarios o responsables de empresas públicas e instituciones funcionaran bajo esos principios, otro gallo nos cantaría a todos. Yo volví a insistirle que no todo el mundo sirve para soportar esa presión o ese trabajo entre dineros ajenos. Y él me expuso sus limitaciones de todo tipo que tenía para realizar cualquier trabajo relacionado con la medicina y que, por nada del mundo, soportaría la gran presión que su propia responsabilidad le impondría a la hora de realizar cualquier operación quirúrgica. Luego, le pregunté si estaba contento con su trabajo y si su labor era engañar a alguien por el simple hecho de ser banquero. Mi amigo casi deja de serlo. No te hacía tan torpe – me contestó. ¿Son mentirosos los comerciales, vendedores o cualquier persona que muestra a sus clientes sus productos o sus servicios, que se afanan en cumplir las expectativas de éstos o en proporcionarles medios para satisfacer sus necesidades. Si esto lo tuvieran en cuenta nuestros políticos, funcionarios o responsables de empresas públicas e instituciones, te aseguro que todo iría de otra manera. ¡Pero la explotación existe! –exclamé yo un poco acorralado. Claro, claro, - me contestó. ¿pero sólo en la banca? Si nuestros políticos, centrales sindicales y poderes sociales legislaran con la contundencia necesaria y la eficacia y eficiencia suficientes no pasaría ni una cuarta parte de la mitad de lo que pasa…

Al final le dije que, por Dios, el próximo curso que tengan sobre la gestión por procesos y hechos, o lo que sea relacionado con objetivos y resultados, o sobre responsabilidad social y corporativa o sobre cualquier otra cuestión realizada que por favor me llame, que quiero asistir. Mira que si un día, por eso de las casualidades, los políticos mediocres y zapatontos se retiran de la circulación y dan paso a gestores auténticos que tienen en cuenta las necesidades de los ciudadanos o sus expectativas y gestionan debidamente el dinero público en base de esas necesidades y expectativas, yo quiero, al menos, estar ahí para verlo y valorarlo. Y a lo mejor, como dice mi amigo, otro gallo nos cantaría.

Kiko