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Blanco y albero era mi casa, rodeada de todos los colores que la madre naturaleza le venía a bien relagalarnos dependiendo de la estación del año en que nos encontraramos.
Los amaneceres de mayo eran una explosión de colores y olores. Empezaban muy de mañana, cuando los primeros rayos de sol iluminaban de verde y oro el viejo limonero que precedia el Zahguan. Al cabo de pocos minutos se colaba descaradamente en el patio, donde geraneos jazmines alhelies azucenas y algún rosal, se desperezaban y nos inundaban se suave perfune. Al fondo un tupido parral con las uvas envueltas en papel; para que les picaras e insaciables avispas no picotearan sus frutos, nos esperaba entre paciente y expectante, con la seguridad de que más pronto que tarde iriamos a refugiarnos en su frondoso jardin verde, cuando nos asediara el sol del mediodia.
Por la tarde el sol ponía vacilante sobre la vecina Iznajar, el cielo se fundía en colores que iban del rosa bermellón pasando por los malvas para terminar en el ocaso tembloroso e incoloro que daba paso a la noche y a las primeras estrellas.
Parrafo de un corto que presenté en 2009 a un concurso del Ayuntamiento. consta de cuatro folios.
Lo titulé.
RECUERDOS DULCES DE INFANCIA.
Aparte de felicitarte padrino, y animarte a que nos sigas deleitando con esos
recuerdos maravillosos. Quería que vieras la similitud (salvando las distancias)
con el que yo ecribí el año pasado coincidiendo con el Dia de la Mujer Trabajadora. Lo presenté a concurso en mi ciudad, quedando entre las finalistas. No gané ni el 1º ni el 2º ni el 3º premio que llevaban compensación económica. Solo obtuve un pequeño diploma de haber quedado entre las finalistas y, la satifacción de leerlo en el salón de plenos. Para mis aspiraciones fue más que suficiente.
¿Ves padrino, como este grado de parentesco nos acerca en el fondo más de lo que pensamos?
Al fin y al cabo todos los que escribimos en esta ventana, nos ha parido la misma tierra, y eso tiene que quedar reflejado de una u otra manera en nuestra forma de ser, de sentir y de vivir y hasta de pensar, aunque a veces nos enzarcemos en polemicas tan absurdas como inutiles
Un abrazo
Añoranza
Los amaneceres de mayo eran una explosión de colores y olores. Empezaban muy de mañana, cuando los primeros rayos de sol iluminaban de verde y oro el viejo limonero que precedia el Zahguan. Al cabo de pocos minutos se colaba descaradamente en el patio, donde geraneos jazmines alhelies azucenas y algún rosal, se desperezaban y nos inundaban se suave perfune. Al fondo un tupido parral con las uvas envueltas en papel; para que les picaras e insaciables avispas no picotearan sus frutos, nos esperaba entre paciente y expectante, con la seguridad de que más pronto que tarde iriamos a refugiarnos en su frondoso jardin verde, cuando nos asediara el sol del mediodia.
Por la tarde el sol ponía vacilante sobre la vecina Iznajar, el cielo se fundía en colores que iban del rosa bermellón pasando por los malvas para terminar en el ocaso tembloroso e incoloro que daba paso a la noche y a las primeras estrellas.
Parrafo de un corto que presenté en 2009 a un concurso del Ayuntamiento. consta de cuatro folios.
Lo titulé.
RECUERDOS DULCES DE INFANCIA.
Aparte de felicitarte padrino, y animarte a que nos sigas deleitando con esos
recuerdos maravillosos. Quería que vieras la similitud (salvando las distancias)
con el que yo ecribí el año pasado coincidiendo con el Dia de la Mujer Trabajadora. Lo presenté a concurso en mi ciudad, quedando entre las finalistas. No gané ni el 1º ni el 2º ni el 3º premio que llevaban compensación económica. Solo obtuve un pequeño diploma de haber quedado entre las finalistas y, la satifacción de leerlo en el salón de plenos. Para mis aspiraciones fue más que suficiente.
¿Ves padrino, como este grado de parentesco nos acerca en el fondo más de lo que pensamos?
Al fin y al cabo todos los que escribimos en esta ventana, nos ha parido la misma tierra, y eso tiene que quedar reflejado de una u otra manera en nuestra forma de ser, de sentir y de vivir y hasta de pensar, aunque a veces nos enzarcemos en polemicas tan absurdas como inutiles
Un abrazo
Añoranza