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Aprovechando la historia que escribió la amiga Añoranza, me he atrevido a novelar una situación que he imaginado inspirada en su descripción. Espero que les guste.
Por otra parte, no estoy de acuerdo con la apreciación de Loles sobre su visión del foro. No insistiré más en ello. Pero hay una gran diferencia en que te ataquen y otra en que te sientas atacado. No hagamos tampoco una víctima de quien se retiró en una actitud más que infantil, o de quien se asoma sólo para sumarse a la gresca. Del resto de foreros, estoy con lo que dice Sor
Añoranza. Al único que de verdad echo en falta es a Avinareta y seguro que tendrá sus motivos el hombre para no escribir aquí.
Sin más comentarios.
kiko
Por otra parte, no estoy de acuerdo con la apreciación de Loles sobre su visión del foro. No insistiré más en ello. Pero hay una gran diferencia en que te ataquen y otra en que te sientas atacado. No hagamos tampoco una víctima de quien se retiró en una actitud más que infantil, o de quien se asoma sólo para sumarse a la gresca. Del resto de foreros, estoy con lo que dice Sor
Añoranza. Al único que de verdad echo en falta es a Avinareta y seguro que tendrá sus motivos el hombre para no escribir aquí.
Sin más comentarios.
kiko
Que bonita. Me la guardo.
Victoriano tuvo suerte. Se marchó como llegó sin hacer mucho ruido y hablando menos. Siempre he pensado si tendría algo que ocultar. Si salio de la guerra limpio de polvo y paja. o dejaría alguna cuenta pendiente. Tenia algún cargo, brigada o teniente, no te lo sabría decir muy bien.
En verano solìa subir a las Plazas Armas, por el lado por donde se entra ahora con el coche. Alli se recostaba sobre la roca y los niños solo veiamos el fuego del cigarrilo encendido. Cuando preguntabamos ¿que hace ahí Victoriano?
Nos contestaban ¿no lo ves? Tomando el fresco y fumando ¡Ozú con la niña!
Lo que sí te puedo decir es que su casa era una casa atípica para la época. llena de alegría y compicidad entre padres e hijos. Por ese motivo a las hijas mayores se les tachó de casquivanas y otros comentarios que no voy a reproducir.
Y Victoriano decidió coger las de villadiego y buscar otros aires menos encorsetados.
Un abrazo
Repito, me ha encantado tu relato, pero termina muy mal. Tienes que terminarlo con un final mas alegre
Victoriano tuvo suerte. Se marchó como llegó sin hacer mucho ruido y hablando menos. Siempre he pensado si tendría algo que ocultar. Si salio de la guerra limpio de polvo y paja. o dejaría alguna cuenta pendiente. Tenia algún cargo, brigada o teniente, no te lo sabría decir muy bien.
En verano solìa subir a las Plazas Armas, por el lado por donde se entra ahora con el coche. Alli se recostaba sobre la roca y los niños solo veiamos el fuego del cigarrilo encendido. Cuando preguntabamos ¿que hace ahí Victoriano?
Nos contestaban ¿no lo ves? Tomando el fresco y fumando ¡Ozú con la niña!
Lo que sí te puedo decir es que su casa era una casa atípica para la época. llena de alegría y compicidad entre padres e hijos. Por ese motivo a las hijas mayores se les tachó de casquivanas y otros comentarios que no voy a reproducir.
Y Victoriano decidió coger las de villadiego y buscar otros aires menos encorsetados.
Un abrazo
Repito, me ha encantado tu relato, pero termina muy mal. Tienes que terminarlo con un final mas alegre