Este soneto, aunque un poco irregular porque no he respetado la medida en todos sus versos, se lo quiero dedicar como regalo de reyes a todos los políticos, sean del signo que sean, que se han situado no por méritos propios, sino que gracias a que no existen listas abiertas en los partidos, están ahí, adquieren responsabilidades que no cumplen y nosotros los sufrimos. Para los políticos ladrones y sinvergüenzas, sólo les dedico mi más ardiente deseo de que se pudran en la cárcel.
Soneto al político incompetente y encima tonto.
¿Quién osa en su valor y abundancia
mostrar cuanta petulancia existe?
Sólo la cabeza del torpe y el triste
que tienen por signo la ignorancia.
Y no hay mayor repugnancia
que aquella que se aferra y resiste
que como cruel y canceroso quiste
se comporta en su torpe arrogancia.
Y no es por dar lección alguna,
y menos a quien ni siquiera merece,
ni lo es por generosidad debida
pero frente a la amarga soez tontuna
que sólo al mayor tonto atontece
creedme, no hay esperanza medida.
Kiko
Soneto al político incompetente y encima tonto.
¿Quién osa en su valor y abundancia
mostrar cuanta petulancia existe?
Sólo la cabeza del torpe y el triste
que tienen por signo la ignorancia.
Y no hay mayor repugnancia
que aquella que se aferra y resiste
que como cruel y canceroso quiste
se comporta en su torpe arrogancia.
Y no es por dar lección alguna,
y menos a quien ni siquiera merece,
ni lo es por generosidad debida
pero frente a la amarga soez tontuna
que sólo al mayor tonto atontece
creedme, no hay esperanza medida.
Kiko