¡Las vueltas que da la vida!, el otro día leyendo sobre la emigración española de finales del siglo XIX, debido a la grave crisis política y económica que sufría España, aparecieron dos carteles de navieras, uno italiano y otro brasileño, invitando a los emigrantes a embarcarse para América. Uno decía: " ¡ATENCION EMIGRANTES! para Montevideo y Buenos Aires, Brasil, Perú y Chile". El otro cartel decía: "pasajes gratuitos incluso manutención costeados por el gobierno de Brasil". Tanto uno como otro hacían un alegato sobre la nueva vida que les esperaba y las posibilidades para las familias que se quisieran marchar.
La realidad, pasado un tiempo, fue otra. Y es que tuvieron que soportar grandes penalidades. Para muchos, América, no resultó ser la tierra de felicidad soñada. Hubo quienes no pudieron soportar la dureza de la vida en aquellas tierras y decidieron volver a sus lugares de origen. Como excepción, hubo también quien hizo dinero y riquezas varias, contribuyendo a la leyenda del indiano que volvía de américa cargado de oro hasta las orejas.
Amigos, ¿a qué les suena esto? ¿no se parece, en mucho, a lo que está pasando en la actualidad con la emigración y la Europa rica, incluida España?. Quisiera hacer varias reflexiones sobre el tema. Primeramente y, parafraseando una frase de la Biblia decir que: son muchos los llamados y pocos los elegidos. Es decir, aquí han llegado muchas personas en busca de un porvenir y son pocos los que lo están consiguiendo. Los motivos son tantos que no habría espacio para apuntarlos todos; resumiendo, podíamos decir que a España y a muchos españoles se les ha olvidado que los españoles hemos sido emigrantes por siglos, por tanto, ahora que las cosas han cambiado y que nos sentimos ricos, sobretodo frente a los que vienen de afuera, nos hemos vuelto orgullosos, altivos, impertinentes hacia los inmigrantes, algunos hasta les escupe a su paso, sin olvidar los comentarios, el trato, o cómo se aprovechan de ellos. Por suerte, no todos los españoles somos iguales, y también está el que es solidario, comprensivo, respetuoso y hasta les tiende una mano.
Hay una canción que Joan Manuel Serrat escribió en 1984, se llama: "Disculpe el señor", en ella explica muchos de los motivos de la emigración a estas tierras. Esta tan vigente, a pesar de los años, como si la hubiera escrito hoy mismo. Quien tenga el gusto y la posibilidad de leerla y, aún, escucharla, que lo haga, no se arrepentirá.
Amigos, que tengan unas felices y tranquilas vacaciones. E. G.
La realidad, pasado un tiempo, fue otra. Y es que tuvieron que soportar grandes penalidades. Para muchos, América, no resultó ser la tierra de felicidad soñada. Hubo quienes no pudieron soportar la dureza de la vida en aquellas tierras y decidieron volver a sus lugares de origen. Como excepción, hubo también quien hizo dinero y riquezas varias, contribuyendo a la leyenda del indiano que volvía de américa cargado de oro hasta las orejas.
Amigos, ¿a qué les suena esto? ¿no se parece, en mucho, a lo que está pasando en la actualidad con la emigración y la Europa rica, incluida España?. Quisiera hacer varias reflexiones sobre el tema. Primeramente y, parafraseando una frase de la Biblia decir que: son muchos los llamados y pocos los elegidos. Es decir, aquí han llegado muchas personas en busca de un porvenir y son pocos los que lo están consiguiendo. Los motivos son tantos que no habría espacio para apuntarlos todos; resumiendo, podíamos decir que a España y a muchos españoles se les ha olvidado que los españoles hemos sido emigrantes por siglos, por tanto, ahora que las cosas han cambiado y que nos sentimos ricos, sobretodo frente a los que vienen de afuera, nos hemos vuelto orgullosos, altivos, impertinentes hacia los inmigrantes, algunos hasta les escupe a su paso, sin olvidar los comentarios, el trato, o cómo se aprovechan de ellos. Por suerte, no todos los españoles somos iguales, y también está el que es solidario, comprensivo, respetuoso y hasta les tiende una mano.
Hay una canción que Joan Manuel Serrat escribió en 1984, se llama: "Disculpe el señor", en ella explica muchos de los motivos de la emigración a estas tierras. Esta tan vigente, a pesar de los años, como si la hubiera escrito hoy mismo. Quien tenga el gusto y la posibilidad de leerla y, aún, escucharla, que lo haga, no se arrepentirá.
Amigos, que tengan unas felices y tranquilas vacaciones. E. G.