LAS TUMBAS MORAS
A lo lejos,
entre la tierra cultiva
y el matorral,
verde y blanco, cual una bandera
resalta el cerro
de las Tumbas Moras;
verde de matorral
y olivo,
blanco de sus piedras.
Asciendo lentamente
por la gran vereda,
hasta llegar a su cumbre,
silencioso,
espectante,
sobrecogido por el lugar.
Aquí yace historia,
piedras de múltiples formas
y tumbas...
pueblos turbulentos
y aguerridos,
duermen hoy,
a la sombra de la encina,
en la espesura herbática
y de piedra.
Ambas,
hierba y piedra
sellan con su silencio
el devenir de los tiempos.
En el horizonte,
verde, blanco y azul;
matorral, piedra y
cielo.
Si algún día
he de morir
no quiero enterrarme
más que aquí,
silencioso, espectante...
E. G. Abril de 1984.
A lo lejos,
entre la tierra cultiva
y el matorral,
verde y blanco, cual una bandera
resalta el cerro
de las Tumbas Moras;
verde de matorral
y olivo,
blanco de sus piedras.
Asciendo lentamente
por la gran vereda,
hasta llegar a su cumbre,
silencioso,
espectante,
sobrecogido por el lugar.
Aquí yace historia,
piedras de múltiples formas
y tumbas...
pueblos turbulentos
y aguerridos,
duermen hoy,
a la sombra de la encina,
en la espesura herbática
y de piedra.
Ambas,
hierba y piedra
sellan con su silencio
el devenir de los tiempos.
En el horizonte,
verde, blanco y azul;
matorral, piedra y
cielo.
Si algún día
he de morir
no quiero enterrarme
más que aquí,
silencioso, espectante...
E. G. Abril de 1984.